14º Día del Ayuno

Viviane Freitas

  • 5
  • Oct
  • 2013

14º Día del Ayuno

  • 5
  • Oct
  • 2013

Niéguese a si mismo

Hola a todos. Un día más estamos aquí, acompañando este Ayuno de Daniel. Y tengo la certeza de que todas las personas que se están entregando, verdaderamente, en estos días, estando sensibles a la voz e Dios, ¡verán Su Gloria!

Me gustaría llamar tu atención hacia lo siguiente: El Señor Jesús fue transfigurado, pero, ¿sabes por qué ocurrió la Transfiguración? ¿Sabes qué estaba enseñando antes de que diese lugar a ese acontecimiento?

Vamos a acompañarlo a través del libro de Marcos, capítulo 8:

“Y llamando a la multitud y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.” (Mc.8:34,35)

Voy a parar por aquí, me gustaría que estés atenta a lo siguiente: Esto ocurrió antes de que el Señor Jesús fuese transfigurado. Convocó a la multitud, llamó a los discípulos y les transmitió este mensaje. Así como lo transmite hoy a nosotros. Y, después ¡Él prueba!

Seis día después, Jesús llamó apenas a tres discípulos.

¿Por qué no a todos? Ciertamente si llamase a los demás, también a ellos se les habría dado la oportunidad de la revelación. ¡Sólo que no es así!

Las cosas concernientes a Dios, ¡no son como nosotros pensamos! Dios nos transmite la Palabra y se queda “asistiéndonos”, viendo nuestra reacción a aquel mensaje; ¿si apenas voy a pasarlo o a intentarlo, ser prudente, guardarlo conmigo y vigilar?


“ Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo,…”

Si yo pretendo tener el control de mi vida, no estoy glorificando al Señor Jesús. Si quiero todo a mi manera o murmuro, porque las cosas no salen como me gustaría, ¡no estoy yendo en pos de Él!

¿Y cómo me niego a seguir al Señor Jesús?

· Negando a mi ansiedad y preocupación;
· Cuando dejo de preocuparme con aquello que los demás piensan sobre mi;
· Cuando quiero seguir al Señor Jesús y estoy interesada en saber cuál es Su voluntad y lo que Él piensa de mi, y no los demás.
· Cuando domino los sentimientos, aunque continúe sintiéndolos, porque soy humana. Los veo y “los corto” en el mismo instante, sin permitirme sentirlos, sino siguiendo al Señor Jesús.

¡Esto es negarse a si mismo!

“…tome su cruz, y sígame.”

Asume las consecuencias de renunciar a tus sentimientos y de tener el control de tu vida. ¡Deja de esconderte detrás de una “máscara” de perfección o de los muchos quehaceres!

Puede ser difícil, pero ya no predominarán tus deseos, sino la voluntad de Dios. Por eso, no uses los sentimientos para salvaguardarte, sino usa la Palabra de Dios como tu refugio.

“Porque el que quiera salvar su vida, la perderá…”

Puedo probarte esto: ¿Cuántas veces quisiste salvar tu vida, quisiste vivir de apariencia, tener el control de la situación, organizar muchas cosas, pero no conseguiste salvar nada? ¡Por qué quisiste salvar a tu manera! Pero ¡no es eso lo que está escrito!

“…el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.”

Yo puedo decir esto amiga: Cada año que pasa, he aprendido a perder esa “vida”… El control, mis deseos, y todo en pro de servir a Dios; en función del Evangelio del Señor Jesús. Puedo decirte esto, porque soy un testimonio vivo de esta Palabra, ha visto la salvación de Dios en mi vida.

“Pues, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma?” (Mc.8:36)

Tu estás preocupada con tantas cosas, de organizar todo, salvar a tu familia, imponiéndote a ti misma la presión de hacer, hacer, hacer… dar, dar, dar,… cuando aún no has entendido lo que es entregarse al Señor Jesús.

La preocupación y la ansiedad, nos hace perder nuestra alma.

Las personas procuran llenar su alma y su vacío con tantas cosas, pero no lo consiguen. Tienen todo, aparentemente, como una vida financiera estable, familia, y, en el fondo, son personas deprimidas y vacías. Personas que llegaron a dar un fin a sus vidas, pensando que así encontrarían la solución. Pero ¡sabemos que eso no es el fin!

Amiga, ¿quieres salvar tu vida y “ganar” en este Ayuno de Daniel? ¡Pierde tus deseos! Deja de hablar apenas sobre lo que ocurrió en el pasado y presta atención ahora en aquello que necesitas dar… Abandona las murmuraciones, las reclamaciones, los “disparates” que salen de tu boca.

Vamos a prestar atención, porque cuando lo hacemos y nos sometemos, obedeciendo la voz ce Dios, perdemos nuestros deseos y alcanzamos Su Salvación.

Nos quedamos por aquí, ¡pero mañana estaremos nuevamente!

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1 comentário

  1. Dios mio Señora que palabras y que espiritu transmite a traves de ellas percibo que crezco en cada enseñanza, es un sacrificio diario el perder la vida a causa del Señor Jesus y del Evangelio pero creo que no hay mayor satisfaccion la recompensa tambien diaria que él nos muestra y nos hace vivir….Gracias Señora!!

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