13º Día del Ayuno

Hola a todos los internautas. Es un placer muy grande estar aquí con todas vosotras, participando de este ayuno, y acompañar vuestros comentarios. Es muy gratificante percibir que las personas han reconocido, y otras se han puesto en alerta en relación a si mismas, en este Ayuno de Daniel.

Hoy estaremos leyendo el libro de Eclesiastés, y es importante destacar que muchas veces te quedas ansiosa, te culpas y te sientes fracasada en relación a lo que no has conseguido cumplir. Tal vez, estés participando del Ayuno y te ves como una persona totalmente necia. Es sobre este asunto que vamos a hablar hoy.

“Porque los sueños vienen de la mucha tarea, y la voz del necio de las muchas palabras. Cuando haces un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque El no se deleita en los necios. El voto que haces, cúmplelo. Es mejor que no hagas votos, a que hagas votos y no los cumplas. No permitas que tu boca te haga pecar, y no digas delante del mensajero de Dios que fue un error. ¿Por qué ha de enojarse Dios a causa de tu voz y destruir la obra de tus manos? Porque en los muchos sueños y en las muchas palabras hay vanidades; tú, sin embargo, teme a Dios.” (Ec.5:3-7)

A veces, amiga internauta, te culpas por muchos errores y fracasos, incluso dentro de la Iglesia, por algo que dejaste de hacer, por actuar de forma equivocada, etc. Pero entre sentirte acusada y arrepentida, existe una enorme diferencia: La persona que se siente acusada, se queda con un peso, desmotivada, como si no tuviese salida. Ya la que se arrepiente, percibe su error, se dispone a comenzar nuevamente, y se queda airada en contra el mismo. Se queda con “asco”, hasta el punto de no desear volver a cometerlo.

Oímos hablar sobre las vírgenes prudentes y las vírgenes necias, y con seguridad deben existir personas cuya mente está siendo acusada por el diablo, que se sienten frustradas y tristes, incluso en pleno ayuno. Esto ocurre, porque actúan según una fe emotiva.

Aquello a lo que Dios se refiere no agradarse, y comprometerse en hacer algo que sabes que no puedes cumplir. Por ejemplo, te dispones a orar a las tres de la mañana; la primera semana te levantas, pero la segunda ya no has conseguido cumplir lo que prometiste. Es sobre esto que Dios nos exhorta, que no hagamos votos que no conseguimos cumplir. Que cuando abramos nuestra boca, haya consciencia en relación al voto que prometemos a Dios, para que lo cumplamos, con el fin de que no seamos tomadas como necias.

Si yo me equivoqué en el pasado, hice varios votos a Dios y no los cumplí, tal vez por despiste, me volví una necia, entonces ¿qué haré?

Cuando haga un voto, estaré consciente y lo cumpliré. Seré responsable y asumiré esa posición delante de Dios.

No te quedes ansiosa.

La mujer tiene la tendencia natural de ser ansiosa. Cuando no tiene control de su vida, ya se queda en ese estado. Con esto, no está actuando con la fe inteligente, sino emotiva. La ansiedad causa tormento, perjudica tu salud… en fin, no es de Dios.

Pero cuando actúas basada en la fe, hay certeza, paz, disposición y una dirección. No existe confusión, que es lo que ocurre con la ansiedad, que no sabes por donde comenzar… con tantas cosas.

Te aconsejo que no vivas ansiosa, porque, así, encenderás tu candela, no temerás el día de mañana, preparándote y aguardando, en el Espíritu a tu Señor.

Podéis comentar en nuestro Blog y hablar sobre esto: ¿Asumes que estás ansiosa? ¿Estás, en este Ayuno de Daniel, en Espíritu, o viviendo una fe emotiva?

Estate atenta: Cuando vayas a la Iglesia, para buscar el Espíritu Santo, que no sea en la ansiedad, basada en emociones, o profiriendo palabras que no asumes o practicas delante de Dios.

Un gran abrazo. Fue un placer enorme estar aquí con vosotros.