11º Día del Ayuno

La Oportunidad

Hola a todos los internautas. Vivimos el Ayuno de Daniel, en el 11º Día y acompañamos la lectura del libro de Mateo, capítulo 25, sobre las diez vírgenes.

“Y mientras ellas iban a comprar, vino el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.” (Mt.25:10)

¿Quién salió a comprar el aceite? ¿Te acuerdas? Las necias lo dejaron para comprar a última hora, precisamente cuando el novio estaba llegando.

Imagínate a punto de casarte, y en aquel momento sales a comprar la alianza y el vestido. ¿Precisamente a esa hora?¡¿Cómo?! Eso significa que no valoras el día de tu matrimonio y su significado.

¿Y por qué las necias lo dejaron para después?

Porque no llevaron aceite extra. Sin embargo las prudentes, imaginando que el aceite de las lámparas se acabaría, lo llevaron. ¡Eso era obvio! Solo que las necias dejaron todo para última hora.

Quiero dejar bien claro lo siguiente: Cuando estamos perceptivas, miramos los detalles y nos preparamos debidamente. Por ejemplo, hay muchas personas que llegan a la reunión, para participar, sin estar atentas…Muchas veces están preocupadas hablando con las personas de alrededor. No se están preparando para a hablar con Dios y, así, pasa el día, aquella reunión, viene el día siguiente, y lo mismo vuelve a ocurrir.

Y eso no ocurre solo en la reunión, sino también en los votos que dejan de ser cumplidos, andando “a su manera”.

Como nadie “obliga” y el Señor Jesús no castiga a nadie por no cumplir, entonces viven sin compromiso y sin temor. Esto también se refiere a las personas que son bautizadas con el Espíritu Santo, pero que no tienen cautela o celo por aquello que aprendieron.

Muchas veces, se permiten estar en ambientes que saben que no convienen, dejándose llevar por aquello que las rodea. No tienen cuidado por su salvación cuando se permiten quedarse con amistades que no les conviene, y por si fuera poco, hacen comentarios impropios.

No somos perfectos y no esperamos eso de ti, pero lo que Dios pretende de nosotros es que tengamos ese temor hacia Él. Y no es porque Dios necesita que lo hagamos, sino que somos nosotras que Lo necesitamos, para que no suframos.

“…y se cerró la puerta.”

Sabes, amiga, yo ya he visto en la Obra de Dios personas que estaban en nuestro medio y que tuvieron la oportunidad de hablar, de confesar, de abrirse y decir la verdad, pero prefirieron ocultarla. No aprovecharon la oportunidad. Y, una vez cerrada la “puerta”, ¡se acabó! Ya no hay oportunidad…

Y eso no quiere decir que no puedas hacer tu elección hoy, porque mientras que el Señor Jesús no llega, tenemos la oportunidad de cambiar y observar los detalles. Tener ese compromiso, y no solo apenas espejarse en los demás.

Incluso acompañando el mensaje, y gustándote, no puedes dejar pasar aspectos importantísimos los cuáles podrías corregir.

Hoy, me llama la atención, así como podrá llamar la tuya, el “cerrar la puerta”, y el “percibir”. Cerrar la puerta, es la perdida de la oportunidad, sin hipótesis de que vuelva. Aquellas vírgenes necias que fueron a comprar el aceite perdieron la oportunidad.

En este ayuno, tienes la oportunidad, participando de los 21 Días, de ausentarte de todo lo que te hace distante de Dios. Y estamos absteniéndonos de televisión, internet, accediendo apenas a blogs específicos sobre las cosas de Dios.

Tú que has pensado en los versículos bíblicos que has oído en el Blog, o incluso en la Biblia, debes también percibirte acerca de tu propia vida, y de quién has sido. Porque aunque te abstengas de muchas cosas, si no haces esto, no estás haciendo todo lo que se debe supuestamente. Y hacer todo, es percibir los detalles; tener el temor cuando estableces compromisos. Prometiendo algo a Dios, ¡cumple aquello que dices! No es un juego, o palabras de “boca para fuera” ¡no! Sino que a través del temor, asumes esa responsabilidad con Dios.

Es eso lo que comprendemos a través de los versículos de hoy.

Un gran abrazo para vosotras, y mañana estaremos de nuevo.