¿QUIÉN ES DIOS? ¿QUIÉN ES USTED? – EPISODIO 68: ¿QUIÉN ERES?

¿QUIÉN ES DIOS? ¿QUIÉN ES USTED? – EPISODIO 68 : ¿QUIÉN ERES?

Cuando hablamos siempre de un tema, eso significa que disfrutamos ¿no es verdad?

Hablar de alguien, a lo largo de tu vida, a lo largo de tu carrera, es porque amas a esa persona y elevas tu pensamiento hacia ella.

Imagínate hablar del día en que volverás a encontrarte con esa persona, ¿no sería un día muy especial?

“Entonces Jesús dijo: Por un poco más de tiempo estoy con vosotros; después voy al que me envió”. Juan 7:33

¿Alguna vez has imaginado que sacrificarías tu vida por el bien de una persona que amas mucho, que está por encima de todo y de todos, y luego llega el día en que te reunirías con esa persona? ¡Sin duda lo celebrarías en tu interior!

Mira qué interesante, Jesús comparte las cosas que Él vive. Una de las cosas que se ven en el mundo es que la gente no es muy participativa en lo que experimenta. Habla de otras personas, habla de trabajo, pero ellos no hablan de sí mismos. ¿Por qué es eso, eh? Probablemente, porque no les importan los demás, y no quieren entregarse a otras personas, desconfían, los miran con malos ojos, ocultan información, tienen sus reservas.

Pero no veo a Jesús así, Jesús comparte. Y mire, había gente allí que quería matarlo, que lo odiaba, y otros que estaban muy interesados ​​en oír lo que decía el Señor Jesús. Y Jesús fue muy natural, habló de sí mismo.

El Señor Jesús fue muy transparente, ¿no? Y continúa diciendo esto:

“Me buscaréis y no me hallaréis; y donde yo esté, vosotros no podéis ir”. Juan 7:34

Imagínese buscar y no encontrar a Aquel que habla de vida, que enseña, que ama al Padre… Y antes de ir al Padre, moriría en la cruz, resucitaría y hasta se dedicaría a enseñar la buena nueva, después de haber sido resucitado.

No veo al Señor Jesús distraído, no veo al Señor Jesús artificial, no veo al Señor Jesús egoísta, al contrario, vino a hacer lo que el Padre quería. Y Él se entregó por completo, no le disgustó el sacrificio que tendría que hacer.

¿Imaginas tener que trabajar aún más duro por una persona llena de errores? La gente no tiene paciencia, pero Jesús fue su propio sacrificio todo el tiempo.

Piensa ahora, en este momento, en quién has sido. ¿Eres transparente con Dios? ¿Eres transparente con aquellas personas que son como tú? ¿Te entregas a estas personas para servirles? ¿Estás muy impaciente porque la gente es difícil contigo?

Es impresionante cómo Jesús actuó entre las personas que estaban allí, algunas personas interesadas en sus enseñanzas, y otras interesadas en matar a Jesús.

La manera, la forma de actuar de Jesús, su comportamiento, su transparencia, su participación con el pueblo, su dedicación, para decir:

“… Por un poco más de tiempo estoy con vosotros; después voy al que me envió”. Juan 7:33

En otras palabras, estaba preparando a quienes estaban interesados ​​en Él.

“Decían entonces los judíos entre sí: ¿Adónde piensa irse éste que no le hallemos? ¿Será acaso que quiere irse a la dispersión entre los griegos y enseñar a los griegos? ¿Qué quiere decir esto que ha dicho: «Me buscaréis y no me hallaréis; ¿y donde yo esté, vosotros no podéis ir?” Juan 7:35,36

Las personas que no son sinceras y no buscan verdaderamente la vida, la respuesta, no entienden nada de lo que dice el Señor Jesús. Y realmente, en ese momento, si estuviera ahí probablemente tampoco entendería nada.

¿Cómo dijo Jesús, no lo encontraré? ¿No es verdad? Pero el Señor Jesús no dejó de hacer su parte, siendo participativo, transparente y cuidadoso, porque no se ve egoísmo de su parte, al contrario, siempre estuvo dispuesto a enseñar.

“Y en el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba”. Juan 7:37

O sea, aun sabiendo que tenía un poco de tiempo, en ese día de la fiesta, en esos momentos finales de la fiesta, en el último día, se levantó y clamó.

Esto me trae a la memoria un proverbio que dice que la sabiduría clama en las calles, en las plazas, y de eso exactamente hablaba Jesús. No hablaba en tono normal, sino que gritaba: si alguno tiene sed, venga a mí y beba.

Él estaba clamando porque había gente sedienta, pero eso no significaba que esa gente viniera a Él.

Si eres una persona que tiene sed de respuesta, de apoyo, de seguridad, de verdad, de justicia, ¡acude a Jesús y bebe el agua que Él suelta!

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