¿Yo sentimental? ¿cómo?

Viviane Freitas

  • 30
  • Mar
  • 2013

¿Yo sentimental? ¿cómo?

  • 30
  • Mar
  • 2013

Pues sí… Esta “preguntita” vivía en mi cabeza, y no conseguía ver la realidad.

Bueno, para comenzar, yo tenía en mente que la persona que es nacida de Dios vence todo, y es cierto, realmente todos los nacidos de Dios vencen, pero sólo cuando sacan todo lo que hay dentro de sí, les agrade o no.

En mi caso, en vez de resolver el problema de una vez por todas, sentía “pena” de mí, echando la culpa a las circunstancias que me rodeaban: “¿Por qué no consigo vencer? ¿Por qué es tan difícil? ¿Por qué otra vez esta inseguridad? ¿Dónde está la determinación que tenía? ¿Hacia dónde estoy yendo?”

Mira, ¡no fue fácil despertar!

Vivía en San Paulo, me casé con un pastor, y nada más casarnos, fuimos a un país ¡donde se habla ruso!, eso es, “ruso”. En mi cabeza parecía más fácil de lo que realmente era.

Cuando me casé, pensaba que ya estaba preparada para enfrentar todo con mayor facilidad.

Me deparé con una vida completamente diferente: un lugar nuevo, personas nuevas, casada, lejos de mi familia, y hasta distante de mi amada lengua portuguesa. Tenía un deseo enorme de ganar almas, pero al mismo tiempo, un sentimiento terrible de miedo a no conseguirlo.

¿No es así como nos sentimos cuando pasamos por una situación difícil? Un sentimiento terrible se apodera de nuestro ser de tal forma que nos parece imposible vencer.

Entonces yo, evitando enfrentar el problema para resolverlo, empecé a pensar que era muy difícil, que no era como yo pensaba, ¡y alimenté ese sentimiento!

“Pero yo soy nacida de Dios, ¿cómo puedo estar así? ¿Cómo? Entregué mi vida entera para servirte y ahora me pasa esto. ¿POR QUÉ?”

Mientras yo no encaro la situación y no me considero diferente, no invirtiendo en mi vida espiritual, el problema, por menor que sea, se transformará en un gigante, y, ¿por qué? ¡Porque yo le hice ser así delante de mí!

Ahora viene cómo conseguí vencerlo…

Primero, reconocí que estaba presa por aquellos sentimientos, PENSABA que yendo más a la iglesia, estando más envuelta en las cosas de la iglesia, haciendo todo bien, lo resolvería, o que el tiempo lo resolvería por mí, ya que a fin de cuentas era la lengua que tenía que aprender, ¿no? ¡¡¡NO!!!

Lo que tenía que aprender era a vencerme a mí misma.

Es muy fácil estar en la fe cuando todo está a nuestro favor, pero, ¿y cuando viene el maremoto? Y aquí está el secreto: ¡Vencer aquello que intenta vencerme!

Cuando descubrí cuál era mi condición… la odié de verdad, no aguantaba más verme así, y ya no sentía más “pena” de mí. Ahora lo que había dentro de mí era una inmensa indignación por haberme quedado en aquella situación.

Yo entregué todo, hablé con Dios abiertamente sobre lo que estaba pasando dentro de mí. Reconocí el engaño que estaba viviendo y “me lancé” en el altar. Pues sí, no físicamente, sino espiritualmente. Yo dije: “Ahora no voy a ser como yo quiero, permito al Señor hacerme como Él quiere que sea. Pero así de esta forma, ¡no quiero vivir más!” Entregué como ofrenda propio mi cuerpo, alma y espíritu. Y con una indignación enorme, cogí todo lo que tenía de valor y lo di en el altar como prueba de que quería cambiar, y de que no sentía pena de mí.

Me miré al espejo y dije en voz alta: “¡YA NO VOY A SER MÁS LA POBRECITA! A PARTIR DE HOY, ¡VOY A REACCIONAR EN CONTRA DE MÍ MISMA! NO CONTINUARÉ ALIMENTANDO LO QUE NO ME APORTA NADA, ¡SINO QUE VOY A ENFRENTARLO! ¡SE ACABÓ!”

Entonces, cuando menos lo esperaba, vi el cambio. Las cosas empezaron a fluir, las respuestas fueron llegando, aquel dolor que tenía desapareció y los frutos comenzaron a llegar.

Imagina la alegría que tengo por haber vencido y estar hoy contando mi experiencia.

Sea cual sea la situación negativa que estás enfrentando, debes saber que podrás vencer, desde el momento que no aceptes tener pena de ti misma, y avances para resolver ese problema.

Sé fuerte para negarte a ti misma y no tengas miedo de lanzarte, porque seguro que ¡la respuesta llegará!

Dejar un mensaje

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

4 comentários

  1. Sí, es maravilloso no vivir por los sentimientos, yo era sentimental y mucho, ya tantas veces intenté cambiar y no lo conseguía, pensaba que ser sentimental era algo normal para una chica de mi edad, hasta que tomé la actitud de vivir por la fe, pensaba que para dejar de ser sentimental tenía que no sentir, es decir ahí iba de nuevo; dejándome llevar por lo que sentía, dije basta de ser sentimental y comencé a vivir confiando en Dios, ¡ah que alegría es darse cuenta de que se vive sin ser manipulada por las emociones!. no es fácil, pero al final los frutos que se cosechan son extraordinarios, no tengo miedo de errar porque elijo con la razón, elijo lo que es bueno siempre pidiéndole dirección a Dios.

    Ver más
  2. Todos los días
    tengo un reto ,
    vencerme a mi
    misma en todo
    sin importar las circunstancias
    porque cuando todo esta
    a favor parece todo bien.
    No hay que dejarse estar
    y que los problemas
    nos lleven por donde
    quieren.

    Ver más
  3. Muy bueno es asi tenemos que lanzarnos espiritualmente para vencer orar y perdir a Dios fuerzas y actuar …

    ´´Los hijos de las tinieblas son mas sagaces que los hijos de la luz´´……

    Lucas 16:8

    Ver más
  4. Gracias Sra Viviane por estas palabras, se ajustan exactamente a la forma en q me sentía estos últimos días, yo estaba sintiendo pena de mi misma diciéndome que era así de esta manera y que no podía cambiar debido a que crecí así, que fueron mis vivencias que me habían formado este carácter que hoy desprecio.
    Frente a toda situacion yo me sentia pequeña e incapaz de vencer y hoy quiero recibir el Espíritu de Dios que es poder para vencer cualquier problema.
    También se que debo vencerme a mi misma en 1er lugar.

    Ver más