Vivir a la sombra

Silvia Alvarenga

  • 9
  • Oct
  • 2012

Vivir a la sombra

  • 9
  • Oct
  • 2012

¿Cuándo alguien vive a la sombra de otro?

Cuando no tiene nada vivo; nuevo…

No es un referencial y no alcanza buen testimonio de los demás, porque vive en función de lo que es pasajero.

Si Dios forma dentro de nosotros algo infinito, ¿por qué voy a invertir apenas en lo que se acaba?

Cuando la persona actúa por la fe – su propia fe – no depende de circunstancias favorables o de favoritismos de terceros; no se apoya en nadie, ni vive de referencias.

Observa: ¡Los hombres y mujeres de Dios, en el pasado, no tenían referenciales para ser lo que fueron!

¡No vivir a la sombra es tener una fe independiente y PERSEVERAR en ella!

No es una fe para que las personas te vean como “espiritual”; para mostrarte como alguien “de Dios” o para que te sientas bien… ¡No!

Espejarte en alguien; admirar ciertas actitudes y seguirlas porque encuentras un excelente espejo el cual seguir, no es un problema.
El problema surge cuando las personas no quieren tener una fe propia y dependen exclusivamente de la opinión y de las actitudes de los demás.

Tenemos ejemplos que admiramos, pero no podemos ser como muñequitos manipulados por las personas; debemos tener algo nuestro. Esto es inteligente y coopera para desenvolvernos.

¿Cómo tendré algo propio?

Tú tienes fe… ¿Verdad? Pero esta se queda escondida, porque no crees; no te entregas por esa certeza. Si no demuestras que crees, es porque de hecho, ¡no crees!
Por eso no tienes experiencias nuevas; no ocurre nada nuevo… ¡Porque no provocas nada!

Vives en la dependencia de que alguien te “tambalee” para que te despiertes…

¡Tienes fe! Ella ya existe dentro de ti y esto ya es más que suficiente, o ¿piensas que no?

Es como un coche… No sirve de nada tener un Ferrari sin gasolina; así no anda.

¡Tu fe exige de ti! ¿Alguna vez te has parado para pensar en esto? Es algo individual; algo tuyo…Y existe la necesidad de los desafíos para manifestarla.

Si tu fe está muerta, no agradas a Dios.

No se puede agradar a Dios, siendo normal; haciendo las mismas cosas… Si no tienes sed de desafíos.

“Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Porque por ella recibieron aprobación los antiguos.
Por la fe entendemos que el universo fue preparado por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve no fue hecho de cosas visibles.
Por la fe Abel ofreció a Dios un mejor sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó el testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y por la fe, estando muerto, todavía habla.” (Hebreos 11:1-4)

No necesito ver; no necesito oír a alguien hablar; no necesito tocar para entender… ¡¡¡Sólo tengo que creer!!!

¡La fe hace que te desafíes a ti misma! ¿Quién puede enseñarte esto? ¡¡¡Nadie!!!

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