Vete de aquí

Viviane Freitas

  • 2
  • May
  • 2012

Vete de aquí

  • 2
  • May
  • 2012

Muchas personas no tienen noción de lo que quieren hacer.


Muchos en su conciencia dicen: ¡Quiero servirte, Oh Dios! ¡Gasta mi vida! Pero la realidad es otra.

Dicen con sus actitudes: “¡Fuera de aquí, Dios!” “ ¡No quiero asumir una fe! No quiero asumir la verdad, porque los demás van a hablar y a descubrir una realidad que yo mismo no quiero aceptar.”

“Además… ¡el Señor no me va a proteger!”

Como resultado de esto, Pilato procuraba soltarle, pero los judíos gritaron, diciendo: Si sueltas a éste, no eres amigo del César; todo el que se hace rey se opone al César.

Entonces ellos gritaron: ¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícale! Pilato les dijo: ¿He de crucificar a vuestro Rey? Los principales sacerdotes respondieron: No tenemos más rey que el César. Juan 19:12 y 15

¡Es imposible creer que esto sucediese y que aún sucede en nuestros días! Pero es verdad, existe esto en la propia iglesia, donde los propios “judíos”, “creyentes” claman, no por la verdad sino por el ladrón.

“¡Si liberas la verdad, no eres amigo del Cesar!” ¡¡¡Cómo es posible!!! ¿Quieres ser amigo de quien te esclaviza?

Ellos dijeron lo correcto, pero sin darse cuenta: ¡Todo aquel que se hace rey esta en contra del Cesar!

Quien valora una fe consciente y no emotiva, se hace rey. Y está en contra del Cesar.
Cesar, el emperador romano.

Lo increíble es que quien incitaba y gritaba más fuerte eran los principales sacerdotes. Justamente aquellos que conocían la ley, las Sagradas Escrituras, pero no querían asumir la verdad ni los hechos de sus propias vidas.

Estos principales sacerdotes se sentían amenazados, porque el Señor Jesús era justo, daba ejemplo. Algo que ellos no conseguían.

¿Porqué?

– Por el hecho de ser sacerdotes y principales.

¿Cómo una posición puede ser más atractiva que la verdad?

Porque están llenos de sí mismos y no quieren asumir la fe única y verdadera.
Amigo lector, observa cómo te has comportado ¿manteniendo tu posición delante de los demás? o ¿delante de Dios?

Y te digo más… no es por tener una respuesta inmediata que te evalúas y piensas. Sino a través de la fe racional, piensa y evalúa…la verdad, los hechos, los frutos, lo más íntimo y no sólo tus obras.

Si no quieres encarar la realidad… estas crucificando al Señor Jesús nuevamente y optas por otro rey (de las tinieblas).

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12 comentários

  1. Sra. Buenas noches.
    Somos nosotras que decidimos a quien clamar, por nuestras actitudes, por nuestros pensamientos y muchas veces aquellos que nos tenian que defender, como el caso de Jesus , los sacerdotes eran lo que tenian que clamar por su libertad pero fueron los primeros en tirarle piedras porque lo vieron como una competencia injusta solo porque el era justo y sincero, somos nosotras que decidimos a quien clamar, a quien seguir.
    Jorgelina

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  2. Hola Sra:
    Cuando asumimos nuestra fé en Dios, nos tornamos en reyeres, porque los sentimientos no nos dominan. Solo nos dominan cuano no asumimos la Fe en Dios y pasamos a vivir en tinieblas.
    Bsos

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  3. Sra. Viviane, esto es algo que yo he pensado mucho, muchas personas quieren oír la verdad de una manera dulce, la verdad es que,  cuando la persona esta mal, molesta, y cuando la persona no asume su fe ella hace la voluntad de los demás, solo por quedar bien, eso no ayuda, solo engaña la persona y también a  quien no asume su fe!

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  4. Sra. Viviane, esto es algo que yo he pensado mucho, muchas personas quieren oír la verdad de una manera dulce, la verdad es que,  cuando la persona esta mal, molesta, y cuando la persona no asume su fe ella hace la voluntad de los demás, solo por quedar bien, eso no ayuda, solo engaña la persona y también a  quien no asume su fe!

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  5. Hola D. Viviane:

    En la verdad, de nada sirve llenarnos de conocimientos, y no practicar.

    Tenemos que asumir nuestra Fé en Dios y agradar solo a él.

    Un abrazo .

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  6. Tengo que procurar vivir una fe consciente—especialmente en aquello que yo soy, mi interior, sin importar la posición en la cual yo me encuentro. Porque la posición, ni mis obras no me garantizan mi salvación. A cada día tengo que evaluarme para asegurarme que yo no estoy siendo como los sacerdotes (conocían pero no asumían) y así crucificando a Jesús de nuevo, mientras libero mi yo.

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