Supuesta Discreción

Ella es súper agradable. Hace las cosas en casa, ayuda en lo que es necesario en la iglesia y se queda en silencio a cualquier cosa que se refiere a la fe.

No se mete en confusiones. No da problemas al marido. Hace todo lo que se la pide con un rostro agradable.

Esta es la mujer discreta que muchos elogian. Ella es callada, agradable, espera ser llamada y se preocupa demasiado con lo que los otros piensan a su respecto, por eso se queda siempre en su lugar para que no hablen mal de ella.

La fe de ella está ligada a lo que se ve y hace. Mientras no genera problemas, ella es una “referencia” de una mujer de Dios.

Esto es lo que la fe emotiva enseña.

Todo lo que tiene que ver con el miedo, inseguridad o una farsa, muestra lo que no es real. Vive por lo que se ve y no por la fe.

Ella se engaña y dice que está en la fe. Pero ¿qué novedad tiene su vida? No hay nada interesante sino… la rutina que se está volviendo un peso. La fe que está dormida, la incredulidad que está siendo poderosa, pues su lectura es artificial y sin mencionar que para hablar con Dios, las palabras son repetitivas y sin ninguna expresión de una verdad que ve.

Si la dejas… esta persona, dice que está todo bien, pero su orientación a un problema concerniente a un alma, no lleva ninguna respuesta o dirección, sino algo que todos saben.

No existe motivación para nada de lo que es espiritual, pero en lo que se refiere a los quehaceres….¡es para ahora! No tiene el cuerpo débil. Tiene disposición para todo lo que puede ser visto por los hombres y así recibir la aprobación de los mismos.

Pero en el fondo, en el fondo…ella es una persona triste y vacía. Por más que haga y cobre de los demás la falta que siente dentro de su alma…nada sacia la agonía de estar lejos, lejos de lo que ella ni sabe, piensa que esta cerca de Dios porque hace mucho y no da ningún “problema”.

Muchas y muchas personas están en esta situación dentro de las iglesias.

No tienen ninguna noción de que están ciegas.

La única forma de despertar es saber la verdad de lo que ellas evitan escuchar, pero… no siempre ella es capaz de reconocer su verdadero yo.

Ella se siente como una persona sana, que no necesita un médico. Esta es la peor porque no ve su pecado, y no viéndolo, ¿cómo va a buscar a Dios como su Salvador? ¿¿¿¿Cómo va a agradecer, reconocer o ser grata, si ahora está todo bien????

Amiga lectora, deja… de ser emotiva y decir que estas bien, cuando en el lugar donde vivimos, el príncipe de este mundo + nuestra naturaleza pecaminosa, no nos ayudan en nada y mucho menos a ser sanas.

¡Necesitamos al Médico de los Médicos porque nos falta el perdón y la dependencia de Dios para que seamos salvos!