Servir (1º Parte)

Viviane Freitas

  • 28
  • Abr
  • 2016

Servir (1º Parte)

  • 28
  • Abr
  • 2016

La mayor función de alguien que se dispone a hacer la Obra de Dios es servir. Ésta es su mayor responsabilidad.

¿Cuál es el motivo que tenemos para servir a los otros?

Aparentemente, servir, en nuestra cultura puede ser visto como un «cargo» inferior. Una responsabilidad que, a la vista de los demás, no trae ninguna honra.

¿Por qué?

Porque toda función de un siervo es más humilde, como «agarrar lo más pesado»; en fin, tiene más trabajo. Mientras que el otro, que está siendo servido, aparentemente tiene una vida más honrada y facilitada.

Entonces, ¿por qué motivo servir es la mayor función de una persona que hace la Obra de Dios?

Porque la persona expone lo que sucede en su interior.

Si la persona es grata por aquello que está sucediendo en su interior, entonces ella tendrá placer en servir, no solo a su responsable sino a todos los que están a su alrededor. Y no será un peso, sino algo que fluye dentro de sí.

Aquí está el mayor motivo de servir: el hecho de que algo está por fluir en su interior. Si esto no estuviere sucediendo, para usted será algo desagradable y deshonroso.

Muchos, inconscientemente, dicen que aman «servir» porque están en la Obra de Dios y ese es el lema, pero su verdadera intención es la de recibir méritos. A veces, usted sirve, esperando la recompensa ajena, esperando el reconocimiento de la autoridad para ganar un lugar de honra o destaque.

Otros, por ser tan inseguros (viven distantes de la fe), hacen de todo para agradar al prójimo; escondiendo así sus necesidades, situaciones y condición espiritual. Quieren transmitir la impresión de ser una buena persona, que no da problemas nadie y así ella se va camuflando delante de varios engaños.

Siendo así, ella se auto-afirma como una «sierva» porque al observar sus actitudes, se ve como una «buena persona». Sin embargo, no ve la necesidad de «cambiar», o mejor, de buscar a Jesús; el Salvador.

El Salvador, para ella, sirvió en el inicio de su llegada a la iglesia, con la liberación, la conversión, el nuevo nacimiento y, en algunos casos, incluso llegaron al bautismo con el Espíritu Santo; pero nunca más sintieron la necesidad de buscar al Señor Jesús como su Salvador porque no se ven más como pecadores.

Y, si apenas tiene conciencia de que es «pecadora», releva sus errores, afirmando que todos pecan.

Entonces, su oración, su ida a la iglesia, su servicio, su carácter; todo pasa a ser artificial. ¡Transformándose en una religiosa!

Atiende al pueblo, evangeliza, expulsa demonios…incluso es activa, pero en su interior, es de dónde no fluyen ríos de agua viva.

Continúa la próxima semana.

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68 comentários

  1. Tiene razón Sr Viviane!! Uno no puede servir con segundas intenciones a Dios. sino con lo que realmente somos, sin apariencias.

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  2. No tiene que ser solo un querer, es un plaser un provilegio servir a Dios.. es eso mismo servir hasta nuestra responsabilidad..

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  3. Servir es una honra, un placer, un privilegio! Cuando dentro nuestro corren ríos de agua Viva, el servir se convierte en una necesidad.

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  4. Servir es la parte importante de un verdadero siervo excepto cuando servir se empezó a ver como un problema para uno mismo.

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  5. La mejor recompensa de un siervo es servir con amor sin esperar nada a cambio, siempre dando lo sí.

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  6. La mayor responsabilidad para un obrero es de servir.

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