- 4
- Nov
- 2013
Sentimiento que destruye
- 4
- Nov
- 2013
¡RENCOR!
¿Quién nunca tuvo ese sentimiento?
Pero te pregunto: ¿Vale la pena insistir y perseverar con ese sentimiento?
Y tú, que estás leyendo este post, quizá ahora dices: “Es que tu no has pasado por lo que yo he pasado. No has sido humillada, traicionada, rechazada, despreciada como yo lo he sido.”
Y yo te digo, amiga lectora: Yo ya pasé por todo eso y un poco más, y sufrí mucho.
Y lo peor, es que las personas que te hicieron todo eso, son las más cercanas a ti, y no tienes con quien conversar, desahogarte; tienes que aguantarte callada.
Debes preguntarte: “¿Cómo has vencido? ¡Eso es imposible! Sólo al pensar en las personas que me hicieron daño, siento tanto dolor, tanto odio, no sé lo que sería capaz de hacer, si pudiese vengarme.”
Yo también pensaba así, lloraba mucho, tuve varios pensamientos negativos, incluso pensé que no valía la pena vivir.
Y realmente es imposible vencer ese sentimiento sola, y principalmente cuando sólo se piensa en eso. Cuando nos quedamos mirando hacia atrás y permitimos que las tinieblas tomen nuestra vida.
¡Es justo eso! El rencor es como tinieblas, porque todo dentro de nosotras se vuelve oscuro, amargo,… el rencor es peor que un tumor (cáncer).
Tal vez estás enferma y no sabes qué es, pero te digo lo que puede ser, y no tengo que ser un médico para eso: Es ese rencor que cargas durante años dentro de ti.
Para y piensa: ¿Cómo está la persona que te hizo daño?
Es justo eso, la perjudicada eres tu, porque tal vez ella ni se acuerde de lo que te hizo; o ni siquiera sabe que te hizo daño, porque nunca se lo dijiste, o tal vez esa persona ya no esté viva.
Pero tú estás tan ciega por este sentimiento que no puedes razonar.
Yo vencí ese maldito sentimiento, perdonando, hablando con la persona que me lastimó sin esperar un pedido de perdón por parte de ella. ¡Yo perdoné!
¡Es eso! Pero ¿no es difícil? Si pensamos que es imposible y queremos vencer con la fuerza de nuestro brazo, entonces, de hecho, lo será, y eso nos va matando cada día.
Sin embargo, cuando reconocemos que necesitamos, y buscamos ayuda, así sí, las cosas empiezan a cambiar.
Una lucecita pequeñita empieza a encenderse dentro de nosotros, las tinieblas comienzan a disiparse, y empezamos a tener ganas de sonreír, de vivir.
¡Así fue como yo vencí!
Y tú te preguntas: “Pero¡¿Buscar ayuda, en quién!?” En Dios, porque sólo Él puede darte fuerzas para perdonar.
Hoy tengo paz y soy feliz, el rencor no tiene poder sobre mi, porque ya no existen tinieblas. Busqué con todas mis fuerzas y encontré la ayuda en Dios.
Espero haberte ayudado.
¡Un abrazo!
irmatrevino
19 noviembre, 2013 a 6:2
Gracias Sra. Vivian solo quiero decirle que cada articulo que leeo me dejan una leccion mas de aprendizaje, y me gusta agregarlos tambien en mi pag. de fb ,para compartirlos con aquellos que la visitan. gracias una vez mas este tema de la idolatria ,me parece muy importante . Que EL Senor la siga usando mas y mas para que a tra vez de esta pagina pueda recibir mas direccion. Gracias.