¡Sea una nación…Y fuerte!

Andreia Petrucci

  • 18
  • May
  • 2015

¡Sea una nación…Y fuerte!

  • 18
  • May
  • 2015
«Por lo cual también nació de uno (y éste casi muerto con respecto a esto) una descendencia como las estrellas del cielo en numero, e innumerable como la arena que esta a la orilla del mar». (Hebreos 11:12)

Esperar que otras personas tomen las mismas decisiones que nosotras o aguardar que alguien se convierta para que nos entreguemos un 100% a Dios, no sólo es un error como una tremenda falta de respeto para con la fe que profesamos tener.

Dios nos creó como individuos, con espíritu, cuerpo y alma totalmente distinguidos. Si Él quisiera que tomáramos decisiones por los demás, nos hubiera dado 2poder» y autoridad sobre la voluntad ajena, y eso no aconteció. Al contrario, nos dotó de un otro “poder”: el libre albedrío, que nos hace eternamente responsables por nuestras propias elecciones.

Hace más de dos décadas atrás tuve mi encuentro personal con El Señor Jesús, y después de eso mi vida fue enteramente colocada en el Altar. En un momento crucial, a punto de casarme, me fue dicho por algunos familiares cercanos: “¿Cómo te vas a casar, sin rumbo, y vas a dejar tu padre y hermano solos!” . En aquella altura era yo que cuidaba del hogar. Pero,sabes? … Cuando aprendemos a tener una fe definida, sin miedos y desconfianzas cuanto al futuro, realmente cuidamos de esa fe y la resguardamos como nuestro bien más precioso. Y por más que parezcamos “insensibles”, es fruto de una “voz” que clama más alto en nuestro interior y que nada y ni nadie consiguen hacer “callar ”!

Si allá atrás hubiera escogido oír la “voz” contraria a mi fe, con certeza absoluta hoy no estaría aquí teniendo esta conversación. No habría testimonio de creencia y perseverancia y perdería, por elección propia, el extraordinario privilegio de servir a mi Dios.

Eventualmente todos somos colocados a prueba, y nuestras elecciones se convierten en el verdadero resultado de aquello en que creemos. Entonces amiga, no debemos culpar a familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc., tal vez por nuestra propia falta de creencia o actitud.

Aquello que define nuestras elecciones es lo que alimentamos interiormente. ¿Y será que hemos alimentado la fe? ¿Será que cuidamos de nuestra comunión con Dios como un tesoro precioso, que habiéndolo encontrado, cambiamos todo en su favor, resguardándolo cuidadosamente?

No hay disculpas para quienes realmente quieren seguir y servir a Dios. Abraham estaba sólo en medio la una generación entera, y por su medio de Dios “generó” una nación fuerte. ¡Somos hoy sus “descendientes” en la fe!

Entonces,¿qué nos será imposible?
-¿Ser “Uno” con Dios?
-¿ Dar testimonio de nuestra fe?
-¿Ser una “nación” fuerte?

Respuesta: Sólo nos será imposible aquello en lo que escogiéramos no creer y no invertir.

«Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro». (Romanos 8:38,39)

Cuando nuestras elecciones son resultado de nuestra fe en Dios, no somos “llevados” por la multitud, sino que nos hacemos aptos a desarrollar “descendencia” natural, que incluirá miembros de la familia, amigos, conocidos y aquellos que se crucen en nuestro camino.

Si quisiera dejar, como comentario, su propio ejemplo de superación o incluso compartir las luchas que ha trabado por su fe, será muy bienvenida.

Es siempre un privilegio ser participante en su vida, aunque “a distancia”. ¿Y quien sabe si no ayudará alguien?!

Besitos.

Dejar un mensaje

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

1 comentário

  1. Es verdad sólo dejarnos llevar x Dios y La Fe , que en sus brazos estamos y llevar al sufrido La palabra de Dios.

    Ver más