Salud : “Disculpa, pero es mejor que vayas a una tienda para gorditas, aquí no tenemos tu talla…”

Parece una broma, ¡pero no lo es! Conoce la historia de Claudia Brito:

“En mi adolescencia nunca tuve problemas de obesidad, pero todo cambió cuando a los 17 años me casé, y todo sucedió muy rápido… Un año después de haberme casado que quedé embarazada de mi primera hija y enseguida de la segunda.

Nunca me preocupé con lo que yo podía comer o no. Siempre me gustó comer de todo.

EL tiempo pasó y con 27 años ocurrió algo que me chocó: Al entrar en una tienda de ropa, me quedé “Súper” feliz al probarme un par de pantalones. Pero enseguida la dependienta “delicadamente” me dijo que no tenían de mi talla, que sería mejor que buscase una tienda para “gorditas”.

Mi esposo estaba esperándome fuera de la tienda, y se dio cuenta que algo había ocurrido. Mi semblante me delató: “Amor, voy a hacer una dieta, ¡estoy gorda!” Mi esposo se rió. Cuando él se rió, su risa me sirvió como un incentiva, y tome una decisión “¡Todo o nada!” Estaba realmente decidida.

En aquella época leí revistas para estar en buena forma, y vi que tenía que hacer algo “radical” en contra de mi voluntad.

Vi lo que me estaba perjudicando e hice mi lista: Separé 5 cosas que me gustaban mucho comer y decidí no comerlas más hasta ver un buen resultado.

¿Tenéis curiosidad, verdad? Ok, aquí van las 5 cosas que eliminé:

– Arroz blanco
– Pan blanco
– Azúcar
– Refrescos en general
– Carne roja

En aquella época, realmente fui radical, sin embargo, hoy yo como a veces carne roja, porque es importante.

Empecé mi dieta con mucho agua y ejercicios de caminata. Llevaba a mis hijas al colegio de coche, dejaba el coche en el colegio, volvía a casa caminando y volvía caminando para recogerlas. Subía las escaleras del edificio y hacía abdominales. Yo estaba totalmente enfocada en tener un buen resultado.

Cada día me animaba mas, tenía más placer en hacer las cosas de casa, de cuidar más a mi esposo y de mis hijas. Mi autoestima subió y eso era visible. Mi cuerpo estaba cambiando, me sentía más ligera y con más disposición.

Después de un año de renuncia, sacrificio y determinación, ¡de 83 Kilos llegué a 65! Es verdad. El deseo de cuidarme creció y pude realizar ese sueño sin medicación, sin médicos, solamente determinación inteligente. ¿Por qué? Porque hoy estoy llegando a los 48 años, y mi alegría aún me acompaña. Aprendí a educarme, a valorarme y amarme. Mi esposo me admira, y sé que hoy he sido un referencial para muchas jóvenes y mujeres que quieren una vida de calidad.

Chicas, ¡¿veis como si es posible?! Hoy nosotras podemos ir a un nutricionista (que estoy a favor), o un entrenador personal (¡el ejercicio hace muy bien!), pero lo que realmente va a hacerte llegar a tu meta, es tu fuerza interior, tu determinación, negando tu voluntad. El exterior será una consecuencia de lo que está ocurriendo dentro,

Usa este espacio para dejar tus comentario (que sepas que amo leer cada uno J) de victorias o incluso de las luchas que estáis pasando en este aspecto. Queridas, nosotras no somos las únicas que estamos en esta batalla, existen miles de personas luchando por un cambio definitivo en su salud y bienestar,

Hasta la semana que viene.