Salud : Cómo reaccionar delante de lo que no ocurrió…
- 3
- Dic
- 2014
El fin de año llegó… y miras tu salud y suspiras…
¡Ah! Si hubiese tenido más tiempo…
¡Ah! Si hubiese hecho más ejercicio…
¡Ah! SI hubiese cambiado mis hábitos alimenticios más pronto…
¡Ah! Si hubiese oído el consejo del médico…
¡Ah! Si hubiese sacrificado mi voluntad…
¡Ah! Si hubiese nacido en una familia diferente…
¡Ah! Si mi metabolismo fuese diferente…
¡Ah! Si yo tuviese condiciones…
Entre muchos otros ¡ah, si…”
¡Ah! Si hubiese estudiado más…
¡Ah! Si no hubiese cometido aquel error…
¡Ah! Si fuese aquella persona y tuviese aquella oportunidad.
Infelizmente muchos sólo ven que sus vidas podrían ser diferentes después de perder o de sufrir el resultado de sus acciones. Y ahí viene la frustración de no haber alcanzado lo que querían y, por fin, acaban enfocando más lo que aún no has alcanzado en lugar de entender donde y cómo deberían hacer/actuar diferente.
Quedarse lamentando e indagando en su interior, no te va a ayudar, a no ser a dejarte aún más hundida en tus emociones y sentimientos, ofuscando así tu potencial.
No te des por vencida mientras que no alcanzas tu objetivo, en el camino tal vez vas a encontrar calles sin salida pero no pares por allí, da media vuelta y procura la calle que te llevará a la victoria. Nada de desistir, ¡eso es para los débiles!
Aprendiendo con los errores
El maestro conduce a su aprendiz por la floresta. Aunque sea mayor, camina con normalidad, mientras que el aprendiz se escurrirá y se caerá todo el tiempo.
El aprendiz blasfema, se levanta y “discute”, maldice al suelo traicionera y continua acompañando a su maestro.
Después de una larga caminata, llegaron a un lugar sagrado. Sin parar, el maestro se da la media vuelta.
– No me has enseñado nada hoy – dice el aprendiz, replicando…
– Si te enseñé, pero parece que no quieres aprender – respondió el maestro – estoy intentando enseñarte como se trata con los errores de la vida.
– ¿Y cómo tratar con ellos?
– Como deberías tratar con tus reclamaciones – respondió el maestro – En lugar de quedarte maldiciendo el lugar donde te caíste, debías buscar ver aquello que te hacía escurrir.
Hasta la próxima semana