Quien se controla, puede controlar

Josiane Boccoli

  • 23
  • Oct
  • 2015

Quien se controla, puede controlar

  • 23
  • Oct
  • 2015

Mi mayor dificultad fue aprender a controlarme cuando mi hijo entraba en crisis nerviosas; él iba del “0 al 10” en cuestión de segundos, y yo… entraba en pánico. A veces “explotaba” con él, en otras intentaba diversas alternativas para hacerlo salir del stress. En ambas situaciones, yo le transmitía inseguridad y desesperación; era visible el descontrol y sufrimiento mutuo. Las personas nos miraban con “dolor”.

Tal vez estés leyendo y digas: “Mi hijo no tiene ápices de nerviosismo…” Pero puede ser que él grite, sea agresivo, te deje hablando sola, te ignore, haga chantaje, te agreda, “pelee”, sale y no te da explicaciones o que tenga cualquier otra actitud que te deja “sin suelo” y te haga salir de tu normalidad.

Una pregunta que me hice a mi misma y que me ayuda hasta hoy es: “¿cuál es la diferencia entre nosotros, si estuviésemos de la misma forma? “ Un niño y una mujer juntos en el mismo barco ahogándose, si las dos no supiesen nadar, ¿quién salvará a quien? ¿me entiendes?

Yo soy el ejemplo, yo soy la madre, la adulta, consecuentemente tengo que traer la seguridad y la solución.

Para esto trabajé en mi:

– Primero: Aprendí a tratar con la situación de forma racional, analizándola, detectando por qué acontecía, y cuando sucedía, cómo me quedaba yo;

– Segundo: Aprendí a controlarme delante de ella, diciéndome a mi misma: “¡Este problema ya no me domina!” No sintiendo, sino luchando por la fe en contra del mismo y cambiando de actitudes: Mientras él gritaba, me callaba y miraba firma, hablando bajo y segura; él estaba agitado, yo de pie o sentada, mostrando tranquilidad y calma.

Cuando esto pasó conmigo, mi hijo continuó con las crisis, pero ella ya no me abalaban, yo tenía dominio propio y así, podía, con calma, controlar la situación, llevándola de otra manera y haciendo con que él fuese cambiando, hoy, ellas ya no existen.

Querida mamá, todo viene de adentro hacia fuera; cuando yo cambio dentro de mi, aprendiendo a enfocarme en el problema y no en las personas, mis actitudes también cambiarán.

Enfócate en tu problema, trabaja en ti y verás que la transformación de tu hijo será apenas una consecuencia de tu cambio.

¡En esta fe!

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1 comentário

  1. muy bueno Sra!

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