¿QUIÉN ES DIOS? ¿QUIÉN ES USTED? – Episodio 39 : El hijo sólo hace lo que ve al padre hacer

¿En quién se espeja? ¿a quién imita? ¿quién es su referencia?

Bueno, todos podemos responder a estas preguntas, porque todos nos espejamos en alguien.

“Por eso Jesús, respondiendo, les decía: En verdad, en verdad os digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre, eso también hace el Hijo de igual manera. Pues el Padre ama al Hijo, y le muestra todo lo que El mismo hace; y obras mayores que éstas le mostrará, para que os admiréis.” Juan 5:19, 20

Usted que está en este Ayuno de Daniel y quiere ser como Dios, en el sentido de espejarse en Él, usted ama la belleza de Su pureza, de Su dignidad, de Su esencia, usted quiere conducirse de forma justa, verdadera delante de Dios. Y por eso, no acepta sujetarse a las cosas de este mundo, aún cuando las cosas que ha vivido de sus propios pensamientos.

Por eso, aquello que quieren espejarse en Dios, en hacer algo que llama la atención de Dios, desean tener una verdadera relación con Él.

Imagine, usted que está casada, tratar con su marido, con su esposa, apenas sobre sus obras, sobre limpieza, la comida, el trabajo, el dinero que alcanzó. No, es participativa, expresa lo que no le gusta, lo que quiere que la persona haga, esto es una relación.

Y ¿sabe que sucede? Cuando quiere, desea tanto espejarse en Dios, el Padre ama al hijo, y le muestra todo lo que hace, es decir, existe una verdadera relación que no es de fachada, no es simplemente exterior, sino de dentro. Es una verdadera alianza con Dios y no una fachada de cristiano, de una persona que conoce a Dios, pero es algo verdadero.

Y ¿sabe lo que hay en una relación de verdad?

Hay intimidad para hablar de cosas que nadie puede oír, es decir, hay estructura para oír. Porque en una relación íntima se habla de cosas particulares, exclusivas para aquel que tiene intimidad con Dios.

Jesús dijo “que Él le mostrará mayores obras que estas, para que os maravilléis.” Y no sólo esto, Dios va a mostrarle todo lo que Él hace, y además de esto, Él le dará una Guía sobre lo que debe hacer.

“Porque así como el Padre levanta a los muertos y les da vida, asimismo el Hijo también da vida a los que El quiere.” Juan 5:21

Así también como Dios Padre usó a Su hijo para que otros vivificasen, es decir, tuviesen vida, así también Él usa a Sus siervos. Pero, claro, a aquellos que quieren. Y no todo el mundo que dice que quiere lo consigue. Porque decirlo cualquiera puede decir querer, pero aquellos que quieren realmente ser vivos, y no estar muertos en sus delitos y pecados, estos están dispuestos a enfrentar las dificultades, a renunciar a sus propias voluntades, sueños y planes por algo mucho mayor.

Es más, el Espíritu Santo es la Promesa. Y la Promesa es lo que mantiene a la persona firme, fuerte, constante en lo que hace.

Este es el interés que tenemos en la Iglesia Universal del Reino de Dios, que servimos a Dios: que usted sea bautizada con el Espíritu Santo, porque una vez que sea bautizado con el Espíritu Santo, “Él os guiará a toda la Verdad”.

No va a depender de terceros. Otras personas pueden ayudarle, pero usted tendrá el Guía con usted. Él Guía que conduce a toda la Verdad.

Y es esto lo que ha pasado conmigo. El Espíritu Santo me guía en todo lo que hago. Pero claro, esto pasa si dependo de Él. Y tiene que haber en mi esa fe, esa intención, ese esmero, ese deseo, ese interés por mi parte de servir a Dios.

Puedo escoger servir a Viviane, puedo querer hacer las cosas para ella, pero, en realidad, no me satisface hacer las cosas para mi. Es más, me frustra.

Si usted hace un paralelo entre una persona que sirve a Dios y otra que no Lo sirve, va a ver que quien sirve a Dios es feliz. Y aquel que tiene sus planes personales, hace las cosas para si, sin embargo, siempre falta algo. ¿No es increíble?

Esto es porque fuimos creados para servir a Dios, para relacionarnos con Él. Entonces, no hay otra manera, si quiere hacer tantas cosas solo, no se va a realizar. Va a tener una alegría pasajera, pero no será constante.