¿QUIÉN ES DIOS? ¿QUIÉN ES USTED? – Episodio 31 : Su voluntad es su objetivo o su necesidad
- 4
- Nov
- 2023
Las personas juzgan mal a Dios, pero no se juzgan a sí mismas, echan la culpa de todos los problemas del mundo en Dios, y no ven lo que las personas del mundo hacen en relación a si mismas, al prójimo y especialmente a Dios.
Usted y yo tenemos nuestras voluntades y deseos, siempre queremos algo, y esa voluntad propia habla mucho sobre nuestra mente, quién somos. Así cómo Jesús, cuando estuvo aquí en la Tierra, en una misión. Pero incluso con esa misión, ¿cuál era la voluntad de Él? ¿Qué quería Él?
Por ejemplo, usted trabaja, es remunerado, tiene su salario, y tal vez su voluntad no es hacer su trabajo, o incluso le gusta el trabajo que hace, pero tiene otros planes, como conquistar su casa, casarse… y no hay nada malo en esto.
No hay problema en usted querer tener su familia, tener una estabilidad económica, pero su deseo, su voluntad es lo que lo guía, lo dirige, y es esto lo que quiero que observe en Dios.
¿Qué quiere Dios? ¿Cuál era la voluntad del Señor Jesús cuando vino a la tierra? ¿Él vino para cumplir Su llamado, Su misión? ¿qué quería Él? ¿Cuál era el sueño de Jesús?
“Jesús les dijo: Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo su obra.” Juan 4:34
En otras palabras, “Mi necesidad, lo que Yo tanto deseo, lo que tanto quiero es hacer la voluntad de Aquel que Me envió. No vine a este mundo con Mi plan personal, para recibir la gloria, para curar a las personas y que ellas Me amen, sino que vine, sino que vine para hacer la voluntad de Aquel que Me envió y terminar el trabajo que Él encomendó hacer”.
Es decir, no solamente hacer la voluntad de Aquel que Lo había enviado, que era el Dios Padre, como también terminar el trabajo que Él había recibido de Dios.
Quizá la persona cumple el deber de ella, si ella es una funcionaria, empresaria, cumple aquello para recibir un salario, para tener mejores condiciones, pero todo se canaliza para su vida personal.
Y ve en el Señor Jesús que Él vino como siervo, Él no vino para ser dueño de Si Mismo. Él no vino para recibir gloria, Él vino para hacer la voluntad del Dios Padre. Y esa era la comida de Él, esa era la necesidad de Él, y era eso lo que Él quería, Su voluntad era para servir al Padre, para dar más al Padre.
El Señor Jesús no quería que el tiempo aquí en la tierra fuese desperdiciado con cosas para Él. Sino que Él quería terminar el trabajo que había recibido de Dios.
Quizá es un buen funcionario, trabaja, educa a sus hijos, pero todo se canaliza para si mismo. Y cuando va a ver el resultado, siempre está corriendo detrás de algo que falta. Porque es como Jesús le dijo a la mujer samaritana:
“Respondió Jesús y le dijo: Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna.” Juan 4:13,14
Las personas andan detrás de sueños personales y aún viven en falta. Porque esa agua que buscan es resuelve a si mismos.
¿Cuál es su voluntad? Puede decir muchas cosas, pero su mente, su cabeza le dirige a algún objetivo, ¿y cuál es ese objetivo?
Aquí pensando sobre mi misma, veo que siempre que puse mi objetivo hacia algo personal, aquello que volvió un peso para mi. Me quedaba cada vez más triste, angustiada, porque se volvía una ansiedad.
Y cuando Jesús dice: “Mi comida es hacer la voluntad de Aquel que Me envió”, Él separa la necesidad física que Él tenía, porque estaba como ser humano, vestido con un cuerpo físico que tenía sus necesidades, pero entre tantas necesidades, esa era la principal: hacer la voluntad de Aquel que Le había enviado y terminar el trabajo que el Dios Padre Le había pedido.
Y me acuerdo que, por diversas veces, me incliné a mi voluntad, a mi necesidad, y sólo me hizo mal. Pero, gracias a Dios, que tengo la fe, que es un regalo de Dios, Su Palabra, mis idas a la iglesia, gracias a Dios por los momentos personales con Dios. Porque allí pude percibir que yo estaba yendo para el objetivo errado.
Mi objetivo no era aquel, pero por esa necesidad, yo estaba desviándome del objetivo para el cual fui llamada. Dios me llamó, pero yo, Viviane, a quién voy a servir todos los días.
Por eso, Jesús dijo: “Mi comida es hacer la voluntad de Aquel que Me envió”, es decir, Mi necesidad es hacer la voluntad de quien Me envió.
Ninguna otra necesidad destaca en mi vida, todas están sujetas a la voluntad de agradar al Padre. Primero quiero agradar al Padre y terminar el trabajo que Él me dio para hacer.
Y Jesús continua:
“¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que venga la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.” Juan 4:35
Nosotros, seres humanos, miramos con nuestros ojos físicos hacia aquello que pensamos, pero cuando somos siervos de Dios, tenemos el objetivo de hacer la voluntad de Aquel que nos envió. Y si usted no es siervo, no tiene ese objetivo, porque trata a Dios apenas para sus necesidades, no trata a Dios como el Padre que quiere retribuir todo de si, porque todo lo que haga es poco para aquello que quiere darle, de lo grato que usted es a Dios.
En este versículo, Jesús pide a los siervos que miren con los ojos espirituales, “Pero miren y vean los campos…”, son aquellas personas que ya vivieron tantos problemas, están tan decepcionadas con ellas mismas, que están listas “… lo que fue plantado ya está maduro y preparado para la siega”
Estas personas ya están tan decepcionadas con ellas mismas que sólo les queda oír de alguien la vida. Usted sólo tiene que ir y dirigirse a esa persona, cuidar de ella.
“Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna; para que el que siembra como el que siega juntos se regocijen.” Juan 4:36 NTLH
Quien hace este trabajo de servir a Dios y no tiene la mente enfocada en sus propias necesidades, sino que su necesidad es agradar a Dios y completar la Obra que Él le dio, entonces, ella ve ese campo, esa oportunidad delante de si, a personas que están buscando.
Hay personas que están buscando una palabra que vaya directo a su necesidad, y que usted que sirve a Dios tiene. Y observe bien: “Quien siega recibe su salario, y el resultado de su trabajo es la vida eterna para las personas.”
El resultado es usted dar vida a aquella persona, y no una vida pasajera de que ella conquiste una casa, se cure, no, sino que ella tenga la respuesta de su necesidad.