¿QUIÉN ES DIOS? ¿QUIÉN ES USTED? – Episodio 30 : ¿Qué le realiza?

Vamos a hablar de una cosa que todos nosotros hacemos: ¡comer! ¿usted como mucho por costumbre o no? ¿come más de lo normal por ansiedad? O tal vez, sea lo contrario, ¿usted no come cuando está preocupada o triste? Bueno, cada uno tiene una actitud…

Pero usted sabe que Jesús comió cuando estuvo aquí en este mundo, pero también tuvo momentos en que Él no comió… vamos a saber sobre algo muy interesante, y no es sólo sobre cuestión de comida, sino sobre los comportamientos.

Hay personas que cuando están muy felices comen con placer, con alegría y otras que por causa de la tristeza no comen. Y observe cómo Jesús lidió con la alegría, porque Él había hablado con aquella mujer samaritana, que fue al pozo, y que ya había tenido cinco maridos, y el hombre que ella tenía actualmente no era su marido, es decir, aquella mujer estaba frustrada, intentando por todos los lados encontrar la felicidad. ¡Y Jesús ya la había visto hace mucho tiempo!

Usted sabe que Jesús estaba en un cuerpo físico, pero no por eso dejaba de ver a aquellos sinceros, y en este caso, aquella mujer fue a anunciar sobre Jesús a otra ciudad.

“Mientras tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come.

Pero El les dijo: Yo tengo para comer una comida que vosotros no sabéis.

Los discípulos entonces se decían entre sí: ¿Le habrá traído alguien de comer?” Juan 4:31-33

Es decir, los discípulos no entendían nada, ellos miraban a la parte física, Jesús estaba diciendo que Él tenía algo para comer que ellos no conocían.

“Jesús les dijo: Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo su obra.” Juan 4:34

¿Sabe cuando llega la hora de la comida? Ah, me alegro tanto de almorzar con mi marido, y nos alegramos por momentos simples, porque disfrutamos de servir a Dios en el Altar, no es apenas por las cosas físicas, sino por las espirituales, porque son internas.

Cuando hace la voluntad de Dios, tiene paz. Cuando no hace la Voluntad de Dios, se queda inquieto, preocupado, molesto, irritado. Y Jesús estaba hablando de esa comida espiritual: “Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo su obra.”

¿Cuál ha sido su voluntad? ¿toda la expectativa de su vida es comprar una casa? ¿casarse? ¿encontrarse con su novio, su prometido? ¿salir con sus amigos? ¿qué le realiza? Es bueno pensar…

Bueno, yo me realizo al servir al Señor Jesús, porque me da paz para agradar a Mi Creador, Aquel que hizo todo para que me sintonizase con Él, y me realiza cuando Le agrado.

Aparentemente, por el lado de afuera, puede ser que nadie vea cosas extraordinarias, porque las personas carnales miran para las conquistas de este mundo, pero las espirituales ven el Reino de Dios.

Entonces, aquella mujer samaritana habló con los hombres de aquella ciudad:

“Y de aquella ciudad, muchos de los samaritanos creyeron en El por la palabra de la mujer que daba testimonio, diciendo: El me dijo todo lo que yo he hecho.” Juan 4:39

Ella testificó algo que vio, ¡lo que Jesús habló sobre su vida! Y así es el Creador de los Cielos y de la Tierra, Dios nos ve, y Él habla cosas a nuestro respecto que nadie sabe. Usted ya oyó la Voz de Dios, ¡sabe que Él habla cosas con las que se queda maravillada! A veces, puede ser una cosa vergonzosa, ¡pero que es libertadora para usted!

Lo que el Señor Jesús dijo a aquella mujer fue libertador para ella: “…Respondió la mujer y le dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: «No tengo marido, porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad.” Juan 4:17,18

Aquella mujer, en otras palabras, lo vio así: “ No puedo esconder nada de Él, Él ve todo sobre mi…” Y esta es la parte de nuestra alma con la que nos identificamos mucho.

Yo, por ejemplo, muchas veces veía a mi hermana hablando sobre lo que estaba dentro de mi, y pensaba: “Dios mío, ¿cómo puede verlo?”, ¡pero eso es porque ella me conocía! Y usted se siente amado, cuando alguien le presta atención.

Y fue eso en lo que aquella mujer llamó la atención de aquella ciudad, porque Jesús había hablado todo lo que ella había hecho.

“De modo que cuando los samaritanos vinieron a El, le rogaban que se quedara con ellos; y se quedó allí dos días. Y muchos más creyeron por su palabra, y decían a la mujer: Ya no creemos por lo que tú has dicho, porque nosotros mismos le hemos oído, y sabemos que éste es en verdad el Salvador del mundo.” Juan 4:40-42

Mientras que oye lo que los demás dicen, y no puede testificar, aún tiene sus cuestiones, pero cuando oye con sus oídos y testifica que Jesús es el Cristo, es el Salvador del mundo, usted ya no va a estar buscando de un lado a otro como es Dios, quién es Dios, ¡no! Usted sabe que Dios le ve.

La información que muchos religiosos tienen es que Dios existe, y hablan más palabras sistemáticas que de vida, porque las mismas personas que son religiosas no oyeron para recibir, ellas oyeron para aprender cómo hablar. Así como los hipócritas y fariseos querían hablar con Jesús apenas para poder hablar, llevar noticias a los principales sacerdotes que estaban contra el Señor Jesús.

Usted es quién escoge cómo puede acercarse: yendo a la Iglesia Universal, o a cualquier otra iglesia para tener informaciones, pero otra cosa es cuando llega para oír, ver y testificar quién es Ese Dios que hace lo que hace, y dice: “¡Yo quiero ver eso en mi vida!”, entonces, es totalmente diferente la forma cómo usted va hasta Dios.