Episodio 134- ¿Cuál es la característica del verdadero discípulo?

A veces, con tanta desilusión y catástrofe en este mundo, pensamos que Dios está ausente. Pero el Señor Jesús vino a este mundo en forma de Siervo. Siendo Dios, el Creador del Cielo y de la Tierra, vino aquí como ser humano. Nació de una mujer, generado por el mismo Espíritu Santo (esta mujer era virgen) y fue guiado hasta los 30 años, que fue cuando comenzó Su ministerio. Fue bautizado en las aguas, siendo perfecto, y fue ejemplo para todos nosotros.

“Él es Dios, por eso le es fácil negarse a sí mismo”. ¡No! Fue Su elección venir al mundo como Siervo. Fue Su elección servir al Padre, y muchas personas en este mundo ni siquiera se preocupan por Dios (y Él, de antemano, se entregó por nosotros).

Entonces el Señor Jesus dijo: “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos a los otros.” (Juan 13:34) Usted sabe que un mandamiento es una orden. Cuando Jesús vino al mundo, no tenía nada que ganar con nosotros, porque fue Él quien creó todas las cosas. Y nosotros, los seres humanos, sólo tenemos problemas, dificultades. Pero Él vino en forma de Siervo. Quien vio al Señor Jesús vio a Dios, porque Él vivió perfectamente.

Y cuando empieza a servir a Dios, ama a su prójimo. Es la primera característica. Estos son los verdaderos discípulos del Señor Jesús. “Discípulo” es el que aprende, el que recibe disciplina, instrucción, guía del Señor Jesús, es el que imita Su ejemplo. “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os tenéis amor los unos a los otros.” (Juan 12:35)

“Simón Pedro le dijo: Señor, ¿adónde vas? Jesús respondió: Adonde Yo voy, tú no Me puedes seguir ahora, pero Me seguirás después.” (Juan 13:36). El Señor Jesús estaba yendo al Calvario, por amor a nosotros. De esta manera, cualquiera que siga Su guía, lo imite y se someta a Su disciplina, realmente acepta el regalo de Dios.

“Pedro le dijo: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora mismo? ¡Yo daré mi vida por ti!” (Juan 13:37).

Esto es lo que muchas personas tienen en la cabeza: que darán su vida por el Señor Jesús, que le servirán durante toda su vida. Pero ¿cuántas personas entraron a la Obra, estuvieron en la iglesia buscando a Dios y hay otras dentro de la iglesia que no dieron su vida por Él?

Ahora bien, si amamos a Dios y amamos a nuestro prójimo, no haremos daño, no traicionaremos, no engañaremos, no guardaremos rencor, no miraremos con malos ojos, y mejoraremos por el bien de los demás.

Obsérvese a sí mismo, porque hablar es muy fácil, pero vivir es lo que demuestra su comportamiento, es lo que muestra la realidad sobre usted. Así que manténgase alerta. Estén atentos para poder corregirse antes de que sea demasiado tarde.

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