¿QUIÉN ES DIOS? ¿QUIÉN ES USTED? – Episodio 13 : Cuando no entendemos lo que Jesús habla
- 11
- Oct
- 2023
¿Cuántas veces oímos ciertas cosas que no entendemos? ¿no es así? Y esto también pasaba en la Biblia, cuando el Señor Jesús hablaba cosas que a nuestros oídos o a nuestros ojos no tienen sentido.
¿Se acuerda que Jesús vio a los cambistas vendiendo en el templo? Y Él fue, tiró las mesas, expulsó a los cambistas… y después:
“Entonces los judíos respondieron y le dijeron: Ya que haces estas cosas, ¿qué señal nos muestras? Jesús respondió y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Entonces los judíos dijeron: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú lo levantarás en tres días?” Juan 2:18-20
No tenía sentido lo que Jesús hablaba, que iba a destruir el templo y en tres días lo levantaría.
“Pero El hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó de los muertos, sus discípulos se acordaron de que había dicho esto; y creyeron en la Escritura y en la palabra que Jesús había hablado.” Juan 2:21,22
A veces usted no entiende lo que oye por parte de Dios, aunque en el momento no lo entienda, que no tenga sentido a sus sentidos, usted debe creer. Y la creencia es una opción.
Yo me acuerdo que, hace unos años, yo estaba en una situación en que quería hacer las cosas a mi manera, dentro de mi, Sólo que por fuera dije que cumpliría aquello. Sabe que la vida del misionero, de aquel que sirve a Dios en el Altar, no tiene un plan, no puede tener planes, porque el siervo está a disposición de servir a Dios.
Y me acuerdo que mi marido me dijo lo siguiente: “Vi, vamos a viajar mañana al norte de Portugal.” Y dije: “Está bien”. Y empecé a preparar la maleta, pero antes él dijo así: “Mira, sino quieres ir, puedes quedarte. Yo voy allí y vuelvo rapidito.”
En aquella época yo tenía mucho cansancio mental, y realmente para mi era más cómodo quedarme en casa. Pero dije: “No, voy contigo.” Pero dentro de mi decía así: “Si me quedase prepararía esto, haría aquello, me organizaría mejor para recibir la visita…”
Estaba aspirando un deseo personal mío, de organizar la casa, y no tenía ganas de viajar.
Pero Dios es muy paciente, ¿no? Muy paciente con nosotros que somos tan fallos, tan llenos de errores. Me acuerdo que estaba arreglando la maleta, con esa aspiración de quedarme en casa. Y Dios oye nuestras aspiraciones, nuestros pensamientos, Él sabe lo que pasa con nosotros. Y gracias a Dios, Él habló conmigo, pero Él habló de una forma que no me esperaba. Me hizo acordarme de pasajes que nunca había considerado para mi.
Como aquel en que Jesús llama a algunos para seguirlo, y ellos le dijeron a Jesús: “ Deja que entierre a mi madre…. Que vaya a mi luna de miel, que me case… déjame ver el campo que compré…”
En aquel exacto momento, Dios me hizo acordarme de esos versículos, y Él me dijo: “Si, Viviane, es a eso a lo que está aspirando, a hacer las cosas a tu manera, eso no es servir, su espíritu está codiciando una cosa que es para ti…”
Observe, fue tan fuerte, que me asusté por lo que estaba oyendo por parte de Dios. Porque aquellos pasajes que oí, nunca, de ninguna manera imaginaría que serían para mi.
Y fue exactamente esto lo que pasó con los discípulos, cuando Jesús resucitó de entre los muertos, Sus discípulos se acordaron de que Él había dicho que el templo sería destruido y en tres días sería levantado. Pero en aquel momento no tenía sentido para los judíos, pero los discípulos que estaban allí oyendo al Señor Jesús se acordaron.
En realidad, no fueron ellos quienes se acordaron, sino que fue el Espíritu Santo quién les hizo acordarse de lo que Jesús habló. Hay cosas que no entendemos, pero debemos creer, porque creer es una decisión. Yo empecé a creer en Jesús porque vi que Él me vio, Él me habla cosas que nadie puede hablarme.
En aquel exacto momento Él me dio la Palabra correcta, me estaba guiando a la Verdad, me estaba mostrando mis aspiraciones, mi manera de ser, mi voluntad, y que aquello no agradaba a Dios, porque hasta viajando con mi marido, no estaría en la fe. Observa bien, una cosa tan simple, y que realmente hizo toda la diferencia.
Aquel día que oí la Voz de Dios, fue así de inmediato, yo viajé con disposición de servirlo. Me quedé sensible a la Voz de Él, hablando con Él. Es decir, yo actué según la Voz que Él habló conmigo.
Mire qué importante es leer la Biblia, meditar, porque la Palabra de Dios nos va a suplir, a sustentarnos en un momento que ni imaginamos, y el Propio Espíritu Santo nos hará acordarnos de Su Palabra.