¿Qué hacer ante el problema?

Hola a todas las internautas, hoy quiero hablar sobre qué tenemos que hacer ante el problema.

“Nosotros debemos hacer las obras del que me envió mientras es de día; la noche viene cuando nadie puede trabajar. Mientras estoy en el mundo, yo soy la luz del mundo. Habiendo dicho esto, escupió en tierra, e hizo barro con la saliva y le untó el barro en los ojos, y le dijo: Ve y lávate en el estanque de Siloé (que quiere decir, Enviado). El fue, pues, y se lavó y regresó viendo.” (Juan 9: 4-7)

Aquí podemos ver algo interesante, que el Señor Jesús usó la fe y enseña a la persona a usar la fe. Él hizo lo que nadie hizo, no sólo ungió los ojos con aceite, o impuso sus manos; Él hizo algo inesperado, en el momento surgió el escupir en la tierra y hacer lodo de Su saliva y aplicarlo en los ojos de aquel ciego de nacimiento y le dijo:

“Ve y lávate en el estanque de Siloé”.

Es decir, ¿qué tengo qué hacer ante el problema? Yo tengo que hacer la obra que Dios me enseñó a hacer, que me envió a hacer. Y a ti también amiga internauta, quizá dices: “pero, yo no soy obrera, no soy esposa de pastor,… ¿cómo voy a hacer la obra que Él me envió?…”

A partir del momento en que existe una creencia tuya hacia Dios, Jesús, entonces, tienes la responsabilidad de hacer aquello para lo que has sido enviado.

Dios hizo en ti, para que tú lo hagas también, ante los problemas que estás viviendo, o para ayudar a las personas que están a tu alrededor. No es apenas para que mires y te quedes indiferente. Haz lo que tienes que hacer, que es usar la fe, y esto no es un sistema, siempre de la misma forma, ¡no!. La fe es inesperada, la fe pide algo que no está programado, que nadie espera… Y por eso ocurre el milagro.

Cuando existe esta creencia en Dios, yo actúo de una forma que nadie espera, porque es la fe, y la fe es certeza, la fe no tiene miedo de los que los demás piensan, ella mira para lo que quiere alcanzar.

Aquel ciego fue ungido, él fue a lavarse y volvió viendo.

El Señor Jesús hizo que aquel hombre ciego fuese a usar su fe, si hubiese obediencia por parte de este hombre ciego, mostraría que realmente había fe en él.

Amiga internauta, quizá estás ahí ciega, no ves nada, pero cuando crees, vas tocando hasta llegar donde te fue pedido para que sea hecho. La fe es así, exige una participación tuya, una certeza, una constancia.

¿Crees que ese hombre fue curado de un momento para otro? ¡No! Él tuvo que ir hasta el estanque de Silóe para lavarse.

Hay un proceso, hay casos en los que no ves la respuesta de Dios en el momento, pero debes persistir hasta llegar donde el Señor Jesús te mandó ir. Es decir ser constante, ser firme.

Esa es la obra de Dios, cuando yo quiero tomar posesión de lo que Dios prometió en mi vida, no pienses que sólo tú tienes que tomar posesión de la promesa de Dios ¡No!, ¡Todos tenemos que tomar posesión! Y no es simplemente magia, tengo que usar la fe, y a veces mi fe demanda de mi que persevere, a veces Dios no me atiende en el momento, me atiende después de una semana, o meses o un año,…

Entonces no seas ciega, cree, obedece la Palabra de Dios. Porque esto es creer, eso es certeza, eso es tener paz.

Cuando obedeces tienes paz, no llevas tu vida de la forma que piensas que es mejor, como aquel ciego; él no miró para lo que le parecía mejor, él podía haber reclamado, pero no, él fue, se sometió a aquella voz, él fue, se lavó y volvió viendo.

¡Tú tienes que ver!, usa la fe amiga internauta mediante el problema, sea entre tus familiares, compañeros de guerra, como en tu vida personal.

Deja tu comentario, quiero saber al respecto.

Estaremos de vuelta el viernes, un fuerte abrazo.