Priorizar

Viviane Freitas

  • 10
  • Dic
  • 2012

Priorizar

  • 10
  • Dic
  • 2012

“Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo; (…) reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.” (Lc.32,33)

Vamos a hablar sobre Quién reinará para siempre, y por qué sobre la casa de Jacob…

Jacob tenía un objetivo muy grande: La sed de la primogenitura; la bendición que venía de Abraham y de Isaac, su padre. Y, como prueba de esto arriesgo su propia vida para obtenerla.

La bendición de la primogenitura le pertenecía por derecho a Esaú, hermano de Jacob, pero este no la valoraba; llegando incluso a cambiarla por un simple plato de lentejas. Ante una situación de necesidad física, no lo pensó dos veces, y negó aquello que sería su bien más precioso.

… estoy a punto de morir; ¿de qué me sirve, pues, la primogenitura?
(…) Así menospreció Esaú la primogenitura.” (Gn. 25:32-34)

El deseo de Jacob jamás fue olvidado o despreciado. Aunque humanamente, la bendición no le perteneciese, no desistió, y luchó hasta el fin, para tomar posesión de ella.

Dentro de la propia Iglesia existen “Jacob” y “Esaú”: El primero, que prioriza la promesa de Dios y que lucha, en el Espíritu, contra todo y todos, para ser la propia bendición, y los “Esaú” de la vida, que no dan prioridad a la bendición y la cambian por cualquier cosa.

Y es exactamente sobre aquellos que tienen sed de justicia, no ajena, sino personal, que Dios reinará en sus vidas. Los que no viven según las circunstancias o permiten que el tiempo, la aparente incapacidad o imposibilidad, ¡los hagan desistir de la fe o “matar” su sueño!

Sobre aquellos que tienen la capacidad de arriesgarlo todo, incluso la propia vida, para hacer prevalecer la justicia de Dios.

Por eso, Jacob puso todas sus fuerzas, primero tomando posesión del derecho de la primogenitura de Esaú, y, después, ¡“luchando” con Dios, y prevaleciendo!

…Ya no será tu nombre Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has prevalecido.” (Gn.32:28)

En esta lucha, él no usó armas físicas ni pidió la transformación de otros, sino que luchó por sí mismo, para que su interior fuese transformado.

Estos, de “la casa de Jacob”, son los que permanecerán para siempre; no los que pelean “en la carne”, con la fuerza de su brazo; con resentimiento, odio o rencor, sino luchando con Dios, en la fe, haciendo uso de las armas espirituales.

En estos el Señor va a reinar; ¡no en todos!

Él destacó por haber dado prioridad a Dios por encima de cualquier cosa. Y eso es lo que ocurre hoy: El que destaca, es justamente el que se indigna en contra de la injusticia del propio pecado.

No en contra del “pecado” ajeno, sino del suyo, buscando la justificación y aprobación de Dios.

El Señor Jesús reinará para siempre en el interior de aquellos que se escogen de esta forma… De los que revelan esta sed incontrolable de agradar a Dios. Los cuales, incluso en medio de situaciones adversas, guardan su interior; no se corrompen dejándose dominar o limitar por las circunstancias exteriores.

Dejar un mensaje

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

4 comentários

  1. Todos queremos ser como Jacob un hombre que lucho y confió en Dios…nosotros debemos agradar a Dios…negándonos a nosotros mismos pero no todos lo hacen por eso nosotros somos los que nos hacemos escogidos o no ya que Dios pone su mirada en los que se esfuerzan por ebedecerle

    Ver más
  2. Creo que soy un Jacob.Vivo pidiendo a Dios que muestre mis errores para corregirlos.Yo me entregue al Señor y quiero que se agrade de mi. Vivo por la fe,luchando contra todos y todas las trabas que se presentan dia a dia.Pero no me arrepiento por que las victorias dan satisfacciones

    Ver más
  3. Es muy fuerte esto que usted nos hace comprender desde esta mirada! Desde este punto de vista yo quiero ser como Jacob, mirar para mi misma, buscar mis propios errores, priorizar por sobre todo a mi Señor, esto dispuesta a dejarlo todo con tal de seguir a Jesús, solo él sabe las cosas que he sacrificado por amor a su nombre, y las que seguire sacrificando…no me arrepiento de nada de lo que he hecho en la fe, aunque muchos no lo compartan y vallan en contra de mi fe, es como si estuviera nadando en contra la corriente, yo miro solo a Dios, pues quiero de todo mi corazon y con todas mis fuerzas dar y ser lo mejor para Dios, agradarlo, y glorificar su nombre con mi ejemplo, esparcir su perfume por todos los lugares en donde yo vaya, y haci marcar la diferencia…
    Muy interesante esta enseñanza Señora, he aprendido algo muy valioso o al menos Dios me lo ha recordado.

    Ver más
  4. MUY FUERTE ESTA PALABRA NUNCA HABÍA MIRADO LA HISTORIA DE JACOB Y ESAÚ ,DESDE ESTA PERSPECTIVA

    Ver más