¡Paré!

Viviane Freitas

  • 5
  • May
  • 2014

¡Paré!

  • 5
  • May
  • 2014

Estaba meditando en aquello que ocurre cuando me anulo.

Es algo terrible, porque dejamos de evolucionar; dejamos de vivir.

Y esto puede suceder con cualquier persona, aunque ella tenga el Espíritu Santo. Acabo limitándolo dentro de mi, porque no quiero continuar, no quiero seguir adelante… ¡me paré!

Si no despierto, el Espíritu Santo no lo hará por mi, porque soy dotada de libre albedrío y por eso, Él no me obliga a nada.

Él no quiere “robots”, sino que yo haga mi parte, que tome actitudes para que Su nombre sea glorificado en este mundo. Pero si me veo incapaz, si yo misma me anulo, entonces, Él no puede contar conmigo, porque no puede esperar hasta que yo despierte, si yo ya sé que tengo que despertar.

Y tú debes estar preguntándote, ¿cómo puede suceder esto, si el Espíritu Santo es el Espíritu de Dios y, por lo tanto, Él puede todo?

Si, Él puede todo, pero a través de aquel que no se limita, que no pierde tiempo con “sentimentalismos bobos”, como: “Ah, yo no puedo; ah, es muy difícil, mi familia no me apoya, mi nariz es muy grande, y así sigue…”

Y yo, te pregunto: ¿Cómo Dios puede contar con una persona así?

¿estás de acuerdo?

No te olvides que el Espíritu Santo es nuestro Auxiliador, Él está sujeto a nuestro espíritu.

¡Un abrazo!

Dejar un mensaje

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

1 comentário

  1. Cuando se recibe el Espiritu Santo, Él se une al espiritu de la persona también.
    Tener un espiritu dispuesto es algo infaltable para quien quiere que Dios use su vida.

    Ver más