Obrera, ¿Qué perfume que exhalas?

Tras el artículo de la semana pasada, donde hablamos sobre los cabellos, veo que hay una gran necesidad de tratar esta área del cuerpo físico.
Ya que no es inteligente pensar que no vale la pena invertir en la parte física, o que eso es vanidad, somos materia, todo va a acabar, y bla, bla, bla.

La gran realidad es que mientras que estamos en este mundo, tenemos un cuerpo que necesita cuidados, en todos los aspectos, principalmente en lo que se refiere a la higiene personal. Tal vez pienses: “Aquí viene, con un tema incómodo” ¿Sabéis porque hablo eso? Porque infelizmente, alguien ya escribió que estos artículos parecen una persecución a las obreras. ¿Cómo es posible? Nuestro interés es que todas sean un ejemplo. ¿O no es una gran inversión, dedicar este espacio a aquellas que son tan especiales e importantes en la Obra de Dios? Nuestra finalidad es que progresen en todos los sentidos, siendo referenciales de Dios aquí en la tierra.

Hace unos días, conversando con algunas obreras, les alertaba sobre este factor primordial, de la imagen, porque es lo primero en destacarse antes que todo. ¡Esta es una realidad irrevocable!

Las llevé a pensar en la forma de cómo el Señor Jesús se comportaba, y como se vestía cuando estuvo entre nosotros, en un cuerpo normal y mortal. Ciertamente no era de cualquier manera, ya que en Él hay orden y armonía.

Pero, ¿cuál es el enfoque de hoy, y dónde pretendo llegar después de todo este contexto?

Es sobre los malos olores que salen de nuestro cuerpo. Ese es el asunto que me gustaría enfatizar en este espacio, dedicado a todas las obreras. Desde ya digo, que no vengo aquí a exponer o avergonzar a quien quiera que sea, sino a promover la importancia de mantener el cuerpo aseado y perfumado, con el uniforme “limpito”. Esa debe ser una prioridad para todas nosotras, Sus siervas, que diariamente estamos en contacto con las personas.

Si tú no te valoras, entonces automáticamente, no te cuidarás, y si tu propio cuerpo no exhala el buen perfume, caerá por tierra toda tu espiritualidad, porque sinceramente, nadie consigue concentrarse cerca de alguien que huele mal. Aunque sus palabras sean fuertes, a la hora de la atención, no hay quien aguante quedarse cerca. ¡Dan ganas de huir! Por lo menos es lo que sucede conmigo cuando estoy cerca de alguien que huele mal, pero por educación y respeto, no lo hago de forma abrupta, voy saliendo despacito, y dependiendo de la intimidad que tengo con la persona, le digo la verdad de forma de concientizarla de su estado.

Por favor, recuerda que antes de modernizarte, debes cuidar tu cuerpo, porque no sirve que estés con ropa bonita, o con el uniforme de obrera, que es la indumentaria más linda que existe, y ¿con olor desagradable? Toda esa belleza pasa desapercibida.

Querida obrera, de ninguna manera estoy para apuntarle con el dedo, pero si es cierto, que hay muchos de estos casos, y no es de extrañar que escriba sobre este tema. No desperdicies esta oportunidad, no te tapes los ojos, ni descartes la posibilidad de que puede ser necesaria esta dirección para ti. Se humilde, y cuando te pongas tu uniforme, hazlo bien perfumada y con buen aliento, que también es imprescindible. Si es posible, pregúntale a tu compañera de guerra más cercana, si tienes buen olor, pídele que sea verdadera contigo, porque a veces no sentimos nuestro propio olor o aliento.

Por curiosidad te dejo aquí una encuesta, recientemente realizada por la British Dental Association, en Inglaterra, ¡en la que se refiere que el mal aliento fue clasificado como el factor MÁS repulsivo que una persona puede tener (seguido del olor corporal)!

¿Y ahora? ¿Qué harás? Ponte manos a la obra y procura eliminar los olores de forma correcta. Hoy en día lo que no faltan son consejos adecuados para mantener tu cuerpo higienizado.

Independientemente de su genética, raza, o alimentación, todos exhalamos malos olores, ¡si no nos cuidamos de forma consciente!

Y lo que es más profundo, que lo mismo sucede con tu vida espiritual: Si no es cuidada, no exhalará el buen perfume de Cristo, ¡Piensa en esto!

¿Qué piensas de este asunto? Deja tu opinión