Obrera, ¿qué caminos pisan tus pies?

Viviane Freitas

  • 26
  • Dic
  • 2013

Obrera, ¿qué caminos pisan tus pies?

  • 26
  • Dic
  • 2013

Proverbios 6.16-19
«Seis cosas hay que odia el Señor, y siete son abominación para Él: ojos soberbios, lengua mentirosa, manos que derraman sangre inocente, un corazón que maquina planes perversos, pies que corren rápidamente hacia el mal, un testigo falso que dice mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos.»

Una vez más sacamos un tema que es una molestia para Dios: los pies que corren rápidamente hacia el mal.

Analicemos lo siguiente: los pies no tienen autonomía propia, o sea, no andan solos. Necesitan una orden dada por el cerebro, lo que significa que esos pies – que la Palabra de Dios menciona – son en realidad, los caminos que pisamos, fruto de elecciones individuales y egoístas.

Fíjate en que apresurarte y correr revela precipitación y ansiedad, lo que muestra falta de equilibrio en las acciones, y encima dirigidas hacia el mal. Da que pensar, ¿no?

En realidad, ¿cuándo me apresuro para el mal?

Quiero resaltar, que ese mal puede estar ligado a la voluntad propia o interés personal. Seguro que ya has oído la expresión: «El fin justifica los medios», así es aquella persona que hace de todo, incluso pasar por encima de lo que haga falta, para alcanzar una buena imagen frente a todos.

Puedes ser incluso una Obrera muy trabajadora, y rápida en hacer todo lo que te piden, pero si tus pies se apresuran para hacer tu voluntad, sólo para quedar bien delante del pastor, entonces estás aborreciendo a Dios.

Comprueba otras situaciones en que los pies se apresuran para el mal:

– Cuando estás orientando a una persona sin darle la atención debida. La persona está hablándote de sus problemas y tú estás con la cabeza en otro lugar, mirando tu propio ombligo;
– Cuando quieres saber algo que no te importa, pero haces de todo para intentar descubrir lo que pasa. Ejemplo: si alguna compañera está conversando con el pastor, quieres saber el motivo. Te quedas con curiosidad y ansiosa por saber lo que pasa a tu alrededor;
– Cuando sigues tu camino dirigida por la carne y no por la Dirección de Dios;
– Cuando te cansas de estar mucho tiempo en la iglesia;
– Cuando desvías tu objetivo del altar, dejando el sacrificio diario de una conducta justa.

Después de estos ejemplos, te pregunto:
¿Qué caminos pisan tus pies espirituales?

Si por casualidad te sentiste identificada en esos «pies», comienza a partir de ahora a cambiar de dirección y estáte atenta para no caer en ese «suelo escurridizo», que es tu propia voluntad.

Deja tu comentario, es muy importante.

Un abrazo.

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