Obrera : Obrera “Falso Profeta”

Estos días pensaba en algo muy profundo y pretendo compartirlo con vosotras, Obreras, es lo siguiente:

– “¿Con quién estoy en el mismo barco?… Rumbo a nuestra Salvación y la Salvación de otras vidas.”

Es algo sobre lo que el Señor Jesús siempre nos advierte en Su Palabra…

Si vamos a observar bien la forma en la que Dios nos avisa, vemos un cuidado muy intenso con nuestra alma y sobretodo con el desarrollo de nuestra Salvación Eterna.

Es sólo prestar atención a lo que está escrito:

S. Mateo 7

“ 15 Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.”

La realidad es que nuestra tendencia, delante de esta llamada de atención del Señor Jesús, es pensar de inmediato en quien nos rodea o dar pasar responsabilidad a otros… Sin embargo, no podemos de ninguna manera quedarnos indiferentes a nosotras mismas, por lo contrario, tenemos que evaluar seriamente si dentro de nosotros no existen vestigios de un falso profeta.

– “¿Qué dices Luisa?” – tal vez te preguntes.

¡Es verdad! No podemos sólo estar atentas a los que están a nuestro lado y que pueden ser engañadores, sino sobretodo, vigilantes a nuestro propio “yo”, ¡que por naturaleza no es bueno!

¿Y cuándo este “falso profeta” puede surgir dentro de mi?:

– Cuando oigo la VERDAD y no la pongo en práctica;
– Cuando aconsejo a alguien a usar la fe y yo no hago uso de la misma;
– Cuando dejo que los sentimientos sean más fuertes que mi fe;
– Cuando no obedezco a las autoridades espirituales;
– Cuando vivo a “escondidas” haciendo lo que está mal para mi vida espiritual:
– Cuando no sigo las orientaciones dadas por las autoridades espirituales;
– Cuando me resisto a ser moldeada …, queriendo hacer siempre las cosas a mi manera;
– En fin …, la lista es grande.

Pero cuidado Obreras, estad con los ojos abiertos a lo que silenciosamente puede venir de tu interior y nunca descartes la hipótesis de evaluar tu interior minuciosamente, porque quien piensa que está de pie que cuide para que no caiga.

Me gustaría leer tu comentario y saber si verdaderamente ya había este cuidado dentro de ti.

¡Un abrazo!