- 9
- Jul
- 2012
Objetivo es la fuerza
- 9
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- 2012
Como hablaba en el blog anterior, esa revolución ocurrió, porque yo tenía un objetivo bien firme y definido.
Sin embargo, tenía que probarme a mi misma hasta que punto iba a aguantar las presiones de mi sueño.
¿Sería yo violenta en mis actitudes delante de mi sueño osado?
Mi sueño no era hacer la cuarentena, donde ellas, las esposas, dependiesen de mi. Mi objetivo era aprender a vivir una fe inteligente y ser independientes de las circunstancias, y dependientes de Dios.
Todo el mundo tiene sueños, pero no todos los generan, porque no están dispuestos a pagar el precio equivalente a la realización de su sueño. Y para que yo lo generase, tenía que probarme a mi misma en que situación me encontraba en mi propósito.
¿Cómo?
El sueño puede ser una emoción o un grito de indignación. Esto significa que o yo siento, o raciocino.
Y, ¿qué demuestra cómo estoy?
Las dificultades revelan quien soy y cómo es mi objetivo. ¿Emotivo o Racional?
Y así se separan :
[starlist]
- Los vencedores de los frustrados;
- Los sentimentales de los racionales;
- Los definidos de los soñadores;
- Los que creen en Dios de los religiosos;
[/starlist]
Aquí queda en evidencia que tipo de fe tengo. Y que tipo de relación tengo con Dios.
Tu actúas como crees.
Si tu oración es definida, actúas de forma definida.
Si crees de forma religiosa, te comportas religiosamente.
La respuesta a tu pedido existe a través de tu entrega.
Ahora eres tú quien tiene que hacerse un análisis interno sobre quien has sido y qué sueños tienes.
Y preguntarte ¿estoy en el mismo nivel que mi sueño? O, ¿mi sueño es mayor que mi entrega?
Si él es mayor, entonces tu sueño es una ilusión.
Ahora, termina con la historia de tu bondad, porque ella no revela la verdad sobre ti. Y… no existe fuerza en tu definición porque estás agarrada a lo que sientes y no a lo que es inteligente y necesario.
Y la revolución, se queda para contártela en el próximo blog.
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Maira
1 noviembre, 2014 a 19:2
Es verdad Sra no sirve de nada soñar
y soñar sin moverse, sin hacer nada
cada uno tiene un sueño, una meta
en su vida, depende de uno moverse
y de la creencia en Dios.
Ana
24 octubre, 2014 a 5:2
Es verdad, siempre debemos ver de no caer en la fe emocional, de ilusiones vanas y sí luchar para que nuestros sueños se realicen en pos de la voluntad de Dios. Gracias por aclararnos qué tipo de fe debemos tener.
belkis Elena la plata Argentina
16 julio, 2012 a 14:2
Si Sra una tiene que ser fuerte a las luchas y mirar para su sueño, una tiene que saber para donde va y lo que quiere para su vida y mas cuando conoce al Sr Jesus sabiendo que uno todo lo puede en jesus bendiciones!!
Miriam García (México)
14 julio, 2012 a 2:2
Hola señora. De inicio a fin, este post me cautivó, pero hubo una pregunta que me tocó: ¿estoy en el mismo nivel que mi sueño?, ¿o mi sueño es mayor que mi entrega?
Quiero decirle que estoy saliendo de un proceso interno difícil, el cual duró bastante tiempo. El cual, justamente, hacía referencia a mi sueño.
Reconozco que por varios meses NO estuve a la altura de mi sueño, me estaba dejando llenar la cabeza por tonterías, pero Dios ha tenido misericordia de mí y me mostró lo que quiere hacer en mi vida, así que ahora voy tras ello.
Tiene razón señora Vivi: el tamaño de nuestros sueños definen el tamaño de nuestra entrega. Cabe a nosotras estar a la altura de los mismos.
Un beso desde México!
Jessica Duran
13 julio, 2012 a 3:2
Todos tenemos sueños y por lo general son grandes, pero lo que olvidamos es que para que se hagan realidad es necesario tener una entrega total a Dios, a su Palabra a su Voluntad. Abraham no solamente entregó su único (Isaac= material) sino también renunciaba a su voluntad (espiritual=su vida).