Volviendo al Pasado – 5ª Parte

Después de un tiempo fuimos enviados a África del Sur, y allí comenzó una nueva fase de mi vida. Fuimos directamente a Johannesburgo, nos quedamos allí unos meses y después fuimos transferidos a Cape Town.

Cris y Renato también fueron a Cape Town, y mis padres de la misma forma fueron a vivir allí, y nos quedamos toda la familia allí “juntita”.

¡Ah que buenos momentos! Únicos, toda la familia reunida, pero con mucho trabajo por delante de nosotros.

El trabajo en Cape Town empezó con nosotros allí, Renato era el responsable, y salíamos para evangelizar todas las semanas, las esposas de los pastores tenían uniforme para trabajar en las reuniones.

Sabes que como en todo inicio, tenemos que hacer todo, y es súper “agradable” para la esposa del pastor estar involucrada en cada detalle de la Iglesia y especialmente con las almas.

Nosotras, esposas, éramos las obreras: limpiábamos el salón, preparábamos la EBI, Santa Cena, etc.

Julio estaba estudiando inglés y Renato le daba ejercicios para que él se desenvuelva, pero la necesidad de la obra de Dios no podía esperar mucho, y Julio estaba tardando un poco en familiarizarse con el inglés. Ya no pudiendo esperar ese proceso de aprendizaje, fue puesto en el “fuego” enseguida; le fueron dadas todas las reuniones de la mañana, de Lunes a Viernes, y fue en aquella lucha, sin hablar inglés, en que yo tuve que ser la “profesora” o auxiliadora de Julio todas las noches.

Después de cenar, nos retirábamos para prepararnos para la reunión del día siguiente. Julio me decía como sería la oración inicial, la predicación, la ministración y el fin de la reunión, y yo escribía todo en un papel ya traducido y ahí Julio estudiaba toda la reunión.

¡Imagínate! ¡Qué lucha pasamos!

Yo iba a todas las reuniones con él, y estaba cerca para atender a las personas y ayudarlo en la reunión, en lo que fuese necesario. Después de las reuniones las personas lo buscaban para el atendimiento, y Julio hacía la oración por ellas. A veces él no entendía lo que la persona decía, y después él me pasaba a la persona para atenderla.

Nunca vi a Julio desanimado, pero veía lágrimas y dolores en querer expresarse y tener el vocabulario extenso, viendo a las personas necesitadas precisando una palabra.

Y fue así que Julio fue aprendiendo a hablar inglés, hoy habla mucho mejor que yo, Dios honra a todo aquel que se queda en la total dependencia de Él.

En esa época, me acuerdo que luchaba en contra de mis sentimientos de pena por Julio, quería “protegerlo” del sacrificio, quería que mi padre entendiese su tiempo de aprendizaje, pero a lo largo de estos años he aprendido en mi vida, que cuando existen momentos duros, son con el permiso de Dios.

Cuando Faraón, rey de Egipto decía “No” al pueblo de Israel, para salir de Egipto, no era por casualidad, Dios había hablado con Moisés, que Él Mismo endurecería el corazón de Faraón, mientras Dios endurecía el corazón de Faraón, parecía que Dios era Quien estaba bajo la autoridad del diablo, pero todo hacía parte del plan de Dios para ejercitar la fe de Moisés.

Y eso fue lo que sucedió, en aquella lucha, aquella agonía que Julio y yo pasábamos, nos hizo ejercitar la fe y apegarnos más a Dios.

Y como sabemos, cuanto más dependemos de Dios, más conocemos Su Soberanía y también cuanto necesitamos de Él.

Jamás puedo olvidar los dolores que pasé, porque fueron ellos los que me moldearon, fueron quienes me humillaron y me hicieron aprender a depender de Dios, a relacionarme más con Él.