Diario : Yo No lo Entendía… así (8ª Parte)

La Palabra de Dios no causa apenas alivio en el momento, sino que trae vida y provoca una repercusión en varios sentidos.

Dios mío, qué impresionada estaba con tantos cambios, desde las cosas más sencillas, hasta las más difíciles.

Yo misma pude notar la diferencia.

Yo siempre tuve pavor de las agujas, nunca me gustaron porque pasé por varias cirugías y mis venas son muy “finitas”; muchas veces la aguja “perdía” fácilmente mi vena cuando iba a sacarme sangre. Y aquello me traumatizó de tal forma, que siempre que tenía que sacarme sangre, no podía contener el nerviosismo; mis piernas no paraban de temblar y me quedaba súper tensa, empeorando así la situación.

Normalmente tenía que tener a alguien a mi lado para tocar mientras que me inyectaban – madre, marido o amiga – que me pudiese hacer sentir segura. ¡Pero este año no fue así!

El médico me recetó algunas vacunas para que me aplicase, como una determinada vitamina para el cuerpo, y él enseñó a Vera todo el procedimiento, para que ella me lo aplicase.

Vera, con coraje, preparó todo el proceso, y cuando estaba lista para ponerme la inyección, la aguja “se clavaba” en la piel, pero no entró con la misma facilidad con la que el médico la aplicó, la piel estaba dura, y la aguja era un tanto grande.

Vera se agobió, y no conseguía, en ese mismo instante, yo la cogí y dije: “Espera, ¡yo voy a aplicármela!” No te lo creerás, pero ¿sabes que sucedió? ¡La aguja entró en el instante! Yo me la apliqué determinada, y no fue doloroso.

Fue un poco gracioso, porque fui en la fe, quise resolver aquello que Vera no estaba pudiendo resolver, y para salvarla del problema ¡la apliqué yo misma!

Observa que la fe sirve para las cosas más básicas de la vida, ¡y lo resuelve todo cuando la misma es osada y tiene coraje! Yo estaba súper nerviosa, solo por la aguja, y ahora… ahí estaba yo, aplicándomela sola… y rápido.

Me impresioné con el resultado de beber el Agua de vida y resolver hasta las cosas más sencillas.