Madre, ¡yo no voy a perdonar!

Josiane Boccoli

  • 27
  • Nov
  • 2015

Madre, ¡yo no voy a perdonar!

  • 27
  • Nov
  • 2015

¿Os acordáis del articulo pasado, donde comenté que enseñé a Gabi a orar por un amiguito?

Bueno… oramos durante 5 días seguidos, el sexto día yo traje a ese amiguito para que juegue con él aquí en casa, para la sorpresa de mi hijo, porque pensaba que su tan amado amigo desde preescolar ¡ya no lo quería cerca!

Ellos jugaron durante horas, se rieron, se divirtieron, cenaron juntos y antes de irse, mi marido, sin que él se diese cuenta, lo ungió.

Seguimos con nuestro propósito de oración, enseñando a Gabi a no vengarse y dejar de lado todas las palabras y actitudes pesadas que venían hasta él; por más que él llorase, y viésemos que por primera vez mi hijo sentía un rechazo, en ningún momento lo consolábamos u orientábamos para que hiciese lo mismo, ¡no! Optamos por guiar a Gabi por los caminos de la Fe, enseñándolo a amar con paciencia, a entender que no era que “su amigo” que no lo quería más, sino un mal que sería reprendido a través de nuestras oraciones.

¡Y así permanecimos! No fue fácil… vi a mi hijo dolido, diciendo que “no perdonaría”. Percibí en ese momento que sería de suma importancia mi orientación, e invertí horas con Gabi, enseñándole a perdonar, aunque no queramos, pero lo hacemos porque es lo correcto, porque optamos en agradar a Dios; por nosotros, ¡y no porque la persona lo merezca! Fue muy difícil que él lo entienda, ¡pero juntos vencimos! Y permanecemos en nuestro propósito de oración.

El séptimo día Gabi volvió de la escuela alegre, diciendo que su amiguito estaba nuevamente como antes.

Os dejo el relato de mi hijo:

“Madre, ¡mi amigo me ama nuevamente! Él se queda conmigo, me protege de nuevo de los otros compañeros que me enfadan… estoy tan feliz, y ya he dado gracias a Dios. ¡Él me oyó madre!”

Querida amiga y mamá, esta historia podría haber tenido un final bien diferente sino hubiese escogido sacrificar mi sentimiento de madre y enseñado a mi hijo a usar la fe.

¿Concuerdas?

Es difícil sacrificar un sentimiento, pero cuando lo hacemos por Él , Dios honra.

Por la noche, mientras que orábamos mencioné el nombre del amigo de Gabi, y en el mismo momento me interrumpió diciendo: “Madre, no tienes que orar más por él, Dios ya transformó su corazón, ahora vamos a orar por otro.”

¡Esta es la Fe!

Y en cuanto a ti, ¿qué has escogido enseñar a tu hijo?

Dejar un mensaje

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

1 comentário

  1. Hola sra viviane es muy interesante el testimonio tengo un sobrino que esta pasando por la misma situación, solo que es con la hermana, el tiene 8años y la hermana 13 ella ignora a su hermano el siente mucho odio con esta tan corta, yo voy a enseñar a partir de ahora para a sacrificar su sentimiento y a orar por la hermana …gracias por este mensaje y testimonios, saludos

    Ver más