La vida de Jacob – 9º dia

Hola, aquí estamos un día más hablando sobre la vida de Jacob.

“Esaú, pues, guardó rencor a Jacob a causa de la bendición con que su padre lo había bendecido; y Esaú se dijo: Los días de luto por mi padre están cerca; entonces mataré a mi hermano Jacob. Cuando las palabras de Esaú, su hijo mayor, le fueron comunicadas a Rebeca, envió a llamar a Jacob, su hijo menor, y le dijo: Mira, en cuanto a ti, tu hermano Esaú se consuela con la idea de matarte. Ahora pues, hijo mío, obedece mi voz: levántate y huye a Harán, a casa de mi hermano Labán. Y quédate con él algunos días hasta que se calme el furor de tu hermano; hasta que la ira de tu hermano contra ti se calme, y olvide lo que le hiciste. Entonces enviaré y te traeré de allá. ¿Por qué he de sufrir la pérdida de vosotros dos en un mismo día?”

9º Día – La Intención

Es verdad Rebeca…

Tras la actitud de Rebeca, vinieron las consecuencias, y éstas son inevitables.

El odio de Esaú contra Isaac pidió venganza para terminar con la frustración de su supuesta pérdida. Pero en realidad, no pagó el precio por la bendición que el padre tenía que darle. Primero, porque no era un hijo ejemplar y después, porque era un cazador que se apoyaba en su fuerza, sacrificando animales para su sustento, cosa que en el fondo, no era suficiente.

Y hay muchas personas que piensan que hacer lo “máximo”, es “cazar”, beneficiarse o ser eficaz en lo que hace. Pero su carácter, actitud y su forma de despreciar las cosas de Dios es muy fuerte.

Todas las personas que se enfrentan a Dios deben preocuparse en resolver problemas, porque siempre van a ver las consecuencias. Es interesante, que cuando alguien no tiene la fuerza para exterminar el problema, se empeña en huir o hacer las cosas a su manera. Nunca sacrifican, porque nunca se dan cuenta de sus propias acciones, o porque no las quieren ver.

Yo soy el sacrificio cuando entiendo que tengo que materializar lo que creo.

Mira el resultado: Esaú perdió el derecho de la bendición por su actitud, pero no consigue verlo… Quiere una solución inmediata para el problema. Para él, matar a Jacob lo resolvería pero, obviamente provocaría otros problemas.

Ambos, Rebeca y Esaú, tuvieron una actitud equivocada, porque revelaron precipitación y ansiedad. Querían resolver el problema a su manera, y no de una manera justa.

La primera cosa que debes hacer cuando tienes un problema con tu “hermano”, es resolverlo con él, y no intentar “matarlo”, ya que eso te traerá sentimiento de culpabilidad. En consecuencia de nuestras acciones, un problema genera otro, haciéndonos la vida un verdadero infierno.

“…hasta que la ira de tu hermano contra ti se calme, y olvide lo que le hiciste.”

El problema que Rebeca creó, ahora no es mencionado, como si ella fuese inocente. Cuando no hay sacrificio, hay miedo, hay dudas, hay inseguridad… Y esto se nota en la parte de Rebeca y de Esaú.

Otra cosa que me llamó la atención es el odio de Esaú. Todos los que no sacrifican empiezan a envidiar. Puede que no haya un odio de muerte contra el otro, pero ignora y se distancia de la persona que conquistó lo que deseaba. Y de alguna forma, intenta perjudicarla… Ya que no lo tiene o no lo consiguió, hace de todo para que la otra persona lo pierda.

Esaú alentaba a su espíritu de engaño, ya que esperaba a que su padre muriese para matar a su hermano. No decepcionaba a su padre mientras estuviera vivo, pero cuando muriese, lo haría.

Fíjate en las intenciones de las personas. Tu intención dice lo que realmente eres… tu pensamiento, lo que te alimenta, y a quién sirves. ¿Sirves a tus sentimientos, entregándote a ellos y sacrificando en función de los mismos? Entonces el resultado será frustrante, como pasó aquí.

Amiga, tienes que usar esta historia verídica para observar tus actitudes: ¿Qué tipo de fe estás presentando a Dios? ¿Un sacrificio 100% o tus sentimientos? Debes fijarte en tus actitudes, para que seas libre de los engaños de una fe emotiva.

Si estás escuchando este audio, ten fe; quieres participar en la campaña de Israel, pero eso no quiere decir que tengas una fe inteligente, porque ésta es justa, racional y no toma iniciativas por lo que siente, sino por lo que es justo, verdadero y está escrito en la Palabra de Dios.

No es justo pagar con la misma moneda, sentir no te da el mismo resultado, sólo el INFIERNO. Entonces, evalúa todo lo que has hecho para Dios todos los días. No son suficientes las conquistas pasadas, la fe inteligente vive el AHORA.

Quédate a solas con Dios, para así, no mirar a los demás, sino a tu interior, viendo quién eres para Dios y lo que Le presentas.

Continuamos mañana en el 10º día, hablando sobre la vida de Jacob.