La vida de Jacob – 6º dia

Este es el sexto día que estamos acompañando la vida de Jacob en el Blog.

“Y su padre Isaac le dijo: Te ruego que te acerques y me beses, hijo mío. Y él se acercó y lo besó; y al notar el olor de sus vestidos, lo bendijo, diciendo:
He aquí, el olor de mi hijo es como el aroma de un campo que el Señor ha bendecido.
Dios te dé, pues, del rocío del cielo, y de la grosura de la tierra, y abundancia de grano y de mosto. Sírvante pueblos, y póstrense ante ti naciones;
sé señor de tus hermanos, e inclínense ante ti los hijos de tu madre.
Malditos los que te maldigan, y benditos los que te bendigan.” (Gn. 27:26-29)

6º Día – La bendición de Jacob

La bendición de Dios es completa, desde el interior y extendiéndose al área externa. El interior empieza a ser cuidado por Dios y todo lo que ocurre en tu vida, es para tu bien, de forma que entiendas los planes de Dios y tienes la misma visión que Él.

Todo lo que Jacob hiciese y donde quiera que pusiese la mano, sería próspero. Sería reconocido y deseado por todos, porque transmitía algo especial, tenía la respuesta, recibiría lo que fuese necesario.

La persona que tiene la bendición de Dios no hace apenas lo que le compete, por obligación, sino que lo hace de tal forma, que las obras de sus manos naturalmente dan fruto.

“…abundancia de grano y de mosto.”

Tendrás una vida bendecida en el sentido económico, pero reconoces que el área espiritual es el que da base y estabilidad a este tipo de bendiciones. Tienes el equilibrio de ambas partes.

Hay ejemplos en el día a día – en la sociedad – de personas de éxito, como los artistas, cuya condición financiera es próspera, pero no tienen la abundancia y exuberancia de ser un ejemplo de revolución para los demás. Y no me refiero a revolución de moda o popularidad, sino la transmisión de vida. ¡Esto es tener vida con abundancia!

Quien apenas tiene la bendición financiera, faltando el área espiritual, es como la comida sin sal, aunque sea abundante la comida. Pero cuando eres la propia bendición, no apenas la parte externa es bendecida, sino que interiormente también obtienes la realización. Si, porque a nivel interno, es necesario tener la visión, la fuerza para reprender los pensamientos negativos, para luchar y sacrificar… Exige de ti carácter y estabilidad en el ámbito espiritual.

Imagina tener éxito financieramente, pero ser una persona desequilibrada, que no se lleva bien con nadie, siempre está mal con la vida, etc. Existen varios factores que unen la parte física y espiritual: Si apenas mantienes la parte religiosa, no hay fe o conquistas, y se permaneces apenas el área física, te falta suplir la necesidad primordial, que es el equilibrio interior. Ambas áreas caminan juntas.

“Sírvante pueblos, y póstrense ante ti naciones…”

Deben ver en ti un ejemplo, seguir tu testimonio y respetarte por eso. No apenas observar prosperidad y conquistas, sino la existencia de valores, de verdad, de algo completo. Traer a la existencia lo que muchas personas están buscando.

¡Esto es tener la bendición de Dios! Tener respuesta de ti mismo.

“…sé señor de tus hermanos, e inclínense ante ti los hijos de tu madre…”

Las personas te reconocen; no se someten a ti por una obligación, sino por tu testimonio. ¡Eres totalmente diferente! No es por el título por lo que se sometieron a ti, sino por tu vida, por los frutos que son evidentes. ¡Esto es tener la bendición de Dios!

“…Malditos los que te maldigan, y benditos los que te bendigan…”

Quien se oponga, será maldecido. No eres tú quien tiene que hacer justicia o justificarse. Quien es la propia bendición, no tiene que estar preocupado con la parte que cabe a Dios, que es defenderte y resolver la cuestión que te sobrepasa.

Aquellos que se oponen a ti, estarán yendo contra el propio Dios. Y los que asumen la fe, a través de tu testimonio, serán bendecidos por ti.

Observa, amiga, cuan extensa y completa es la bendición de Dios. Era la bendición que Jacob aún tendría que conquistar, para que fuese real. El padre lo bendijo, pero él tendría todavía que pagar el precio, para que la misma viniese a la existencia en su vida.

Quédate por aquí… Medita en tu propia vida, para que, entonces, saques beneficios de este pasaje bíblico.