LA VERDAD – Episodio 74 : La verdad desafía, pero tiene autoridad

No son muchos los que actúan con la verdad. Porque la verdad tiene su precio: encarar el desafío de resolver las cosas.

Ser leal a Dios es obedecer Su Palabra como es. No importa de qué forma tendré que enfrentar los desafíos que van a aparecer. Lo que realmente importa es lo que Dios nos enseña.

“De cierto os digo: Todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.” (Mateo 18:18).

Es decir, si usted paga el precio de la verdad, obedeciendo la Palabra de Dios, todo lo que ate en la Tierra será atado en el Cielo y todo lo que desate en la Tierra será desatado en el Cielo.

“Otra vez os digo: Que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en el cielo.” (Mateo 18:19).

Quien es obediente, quien paga el alto precio de esa obediencia, tiene autoridad para atar y desatar en la Tierra.

“Que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en el cielo. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” (Mateo 18:19,20).

Las personas piensan que Dios está lejos. Pero Dios está cerca. Él ve a toda la humanidad. Pero aquellos que se sujetan a la Palabra de Dios, obedecen, esos son muy especiales.

El religioso pretende obedecer, pero no va al fondo. Por eso, continúa siendo religioso.

Jesús habla de la autoridad de aquellos que obedecen.  En seguida Pedro se acerca a Jesús y pregunta: “(…) Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que pecare contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.” (Mateo 18:21,22).

Entonces, Jesús cuenta la parábola del señor que quiso rendir cuentas con sus siervos. Es decir, no es fácil seguir a Jesús.

Hay personas que no tienen el valor de asumir la verdad y además les gusta el engaño.

Cuando hace su parte, su conciencia estará limpia y tendrá paz consigo mismo y con Dios.