LA VERDAD – Episodio 68: La verdad de la fe

LA VERDAD – Episodio 68 : La verdad de la fe

¿Cuándo no consigo expulsar un mal de mi vida? Vamos a saberlo hoy, con la Palabra de Dios.

Señor, ten misericordia de mi hijo, porque es epiléptico y sufre terriblemente, porque muchas veces cae en el fuego y muchas en el agua. Y lo traje a tus discípulos y ellos no pudieron curarlo.

Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo acá.” (Mateo 17:15-17).

La “incredulidad” y la “perseverancia” dependen de cómo estoy usando la fe. El Señor Jesús ya había enseñado tantas cosas, pero aquellos discípulos tenían sentimientos bobos (celos, envidia, vanidad, futilidad). Cuando vino el problema, ellos no consiguieron resolverlo.

Y esto pasa con usted también. Cuando no consigue resolver el problema. Hable con Dios. Perdone a quién tiene que perdonar. Porque es esto lo que mancha su fe. “Yo sé lo que debo hacer, pero prefiero sentir esto. Este sentimiento que tengo está bien, yo tengo razón”. Ósea, está escogiendo ser incrédulo. Resuelva esto ahora con Dios. Hable con Él. Cuando resuelve lo que hay dentro de sí, tiene autoridad.

Y Jesús lo reprendió y el demonio salió de él, y el muchacho quedó curado desde aquel momento. Entonces los discípulos, llegándose a Jesús en privado, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo? Y El les dijo: Por vuestra poca fe; porque en verdad os digo que si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: «Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.” (Mateo 17:18-20).

Observe que el problema no está fuera, está dentro de usted. Lo que está generando su incredulidad es lo que le hace perder la batalla. La fe no tiene que ser enorme. Es algo tan simple: “sentimiento, usted no va a reinar en mi vida, no voy a guardar rencor, no voy a pagar mal con mal. Voy a resolver esto ahora. Voy a hacer el bien”. Usted escogió hacer lo correcto, escogió obedecer.

Haga esto y no deje que el mal le domine.

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