La codicia
- 9
- May
- 2012
La mayoría de las veces, ¡Lo que nos falta, es precisamente lo que codiciaremos!
Si el matrimonio es un fracaso, se busca a alguien – fuera – que satisfaga este fracaso; cuando la condición financiera es escasa, se codicia los bienes ajenos, en fin, se alimentan sueños y fantasías que pueden generar verdaderos problemas.
Algunos, fatalmente perjudiciales para su propia vida y para las personas que la rodean.
Cuando toleramos situaciones idénticas a estas, quiere decir que consecutivamente, alimentamos nuestros sentidos: La envidia, la codicia, el deseo….El adulterio empieza justamente a través de los ojos: Por el deseo desenfrenado de tener aquello que, por derecho, no nos pertenece.
Ten en cuenta que cuanto más la persona sufre, corre más riesgo de pecar y, normalmente, quien cede al adulterio o es esclava de algún problema, quiere decir que interiormente ya se ha rendido a lo que su corazón desea.
Si yo tengo el Espíritu de la Creación y no de cobardía, jamás me dejaré dominar por sentimientos contrarios a la fe inteligente. Aunque momentáneamente, el miedo, la inseguridad, el orgullo o la codicia – que hace que nos comparemos a los demás – pretendan dominarnos, no podemos “dar a luz” sentimientos, pecados o sensaciones que culminen una “traición”, en contra del marido, en contra del prójimo; ¡en contra de la propia fe en Dios!
Por lo tanto, no es apenas el hecho de «codiciar” a un hombre o a una mujer, a través de la mirada que cometemos una traición; si deseamos lo que no nos pertenece o nos eludimos con algo o alguien que no es lícito que poseamos, ya estaremos adulterando y condenando nuestra alma a la perdición.
daiana lemos
13 mayo, 2012 a 3:2
Hola sra viviane creo que si realmente nosotras usamos la fe para conquistar de Dios lo que uno quiere tener en todos los aspectos de nuestras vida no se tendria la necesidad de codiciar nada de l otro. creo que solamente hay que confiar en Dios
Vivi Santos
12 mayo, 2012 a 14:2
Buenas tardes D. Viviane:
Solo vencemos esos sentimiento , si a cada minuto que pasa estamos vigilando, si no nos dejamos engañar por lo que el corazón siente.
Debemos estar siempre atentos a todo y ver si lo que hacemos está realmente agradando a Dios o no.
Un abrazo.
Jorgelina Orozco (Valencia)
11 mayo, 2012 a 16:2
2 Timoteo 1:7: «… nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio…»
Buenas tardes Sra, en este ver, se resume todo lo que usted hablo, ya que teniendo dominio propio, amor y poder nada nos faltara, ni estaremos deseando lo que no es nuestro, ya sea en la parte sentimental, economica etc.
Dios nos dio todo, depende de nosotras saber colocarlo en practica.
Jorgelina
Cris
11 mayo, 2012 a 14:2
Buenas tardes Sra. viviane
Pienso que cuando la persona es espiritual hay un equilibrio en las cosas, la codicia se genera poco a poco cuando ella no tiene nada que hacer. Ya hay un dicho que dice mente vacia, oficina del diablo.
El Espiritu es contrario a los sentimientos.
Sandra Varela (Mallorca - España)
10 mayo, 2012 a 20:2
Hola, Sra. Viviane.
Pienso que es importantísimo estarmos siempre activas en las cosas de Dios. Buscando en como agradar a nuestro Señor. Porque una vez conectadas con las cosas de Dios, sabremos esperar en Dios. Pues todo tiene una hora, o momento para acontecer.
Cuándo una persona está con su fe activa y entregada a Dios, no ha lugar para la voluntad de la carne, jamás caerá. Pues el espíritu hablará siempre más fuerte, y Dios nos guiará de fe en fe, abriendo puertas, dándonos gozo, equilibrio, paz, harmonía y placer.
Conforme dice en: 2Pedro1:10.
Ágatha Cristina- España
9 mayo, 2012 a 16:2
Buenas Tardes
Cuantas no son las personas que llevadas por este sentimiento de codicia, han dado lugar a otros deseos descontrolados para así poder alcanzar lo codiciado. Sentimiento genera sentimiento.
Muchas veces, si no llevamos nuestros deseos al terreno de la fe inteligente, estos se convierten en codicia. Pues cuando este deseo se analiza desde un punto de vista racional, esta, la fe, nos lleva a tomar actitudes de fe para alcanzar lo deseado pero cuando este deseo se lleva al terreno del corazón, este nos lleva a tomar actitudes que como bien dice el texto nos harán codiciar y ser dominados por este sentimiento para tomar actitudes erradas hasta alcanzar lo codiciado. Y como consecuencia vendrá el pecado y el sufrimiento.
Hay que analizar todo lo que nuestro corazón desea pues este es muy engañoso.
Gracias por cuidar de nuestra fe a través de esta palabra.