LA CODICIA – Episodio 19: La codicia se aíra y lo guarda

LA CODICIA – Episodio 19 : La codicia se aíra y lo guarda

¿Quién nunca se airó? ¿quién no se airó y le duró incluso días, meses o años teniendo aquella rabia dentro de si? Es triste, ¿verdad? Pero cuanto más tiempo el ser humano alimenta su ira, más se destruye.

Porque la ira es como un cáncer, va corroyendo dentro de la persona. Y no se puede ser feliz con ira. Es como si estuviese cargando basura, y eso se va pudriendo dentro de usted.

La ira es una de las obras de la carne. Como dice la Palabra de Dios:

“Porque las obras de la carne son manifiestas, las cuales son: adulterio, fornicación, impureza, lascivia, idolatría, hechicería, enemistades, contiendas, celos, iras…” Gálatas 5:19,20

Cuando dejamos que la ira prevalezca en nuestra vida, no mostramos que somos de Dios. Porque la ira puede incluso suceder, puede airarse y pasar, pero cuando se extiende es donde está el problema.

Todo el mundo se aíra, pero cargar esa ira durante días, meses, años, eso complica la situación.

Observe cuál ha sido su comportamiento delante de las personas que le han incomodado o que le hicieron algún mal, ¿cómo ha reaccionado delante de Dios?

Cuando menciona el nombre de esa persona o cuando la ve, ¿la desprecia, la ignora, la trata mal, la juzga?

Piense, ¿usted está bien? O vive con aquel peso dentro de si, del mal que aquella persona hizo, como si el mal estuviese presente todo el tiempo allí atormentando su mente.

La Biblia dice así:

Airaos, pero no pequéis: No se ponga el sol sobre vuestro enojo; …Efesios 4:26

Cuando la ira se extiende, existe el pecado.

¿Y es eso lo que quiere? ¿ser esclavo del pecado? Pues cuando se aíra y deja que eso se extienda, está diciendo “bienvenido” al mal, porque recibió el mal, aceptó el mal dentro de usted.

No hay problema en que se moleste, se enfade, pero después debe quedarse bien y no estar mal. No le conviene ser una persona llena de ira, que vive murmurando, reclamando, de mal humor, porque eso muestra realmente que está viviendo en la carne.

No es así cómo la fe actúa. La fe es agresiva, es decir, nos corrige, nos pone en nuestro lugar, habla fuerte, pero se somete a la verdad, a la justicia, al juicio, a Dios.

Cuando carga la ira, dice así: “Ah, Dios perdón, pero no tengo que hacer eso con la otra persona…”

¡No! Dios perdona cuando usted perdona.

Si carga ira, Dios no puede perdonarle, porque no perdona. ¡Para recibir el perdón de Dios, tiene que perdonar!

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