Gloria, ¿Dónde está?

Viviane Freitas

  • 11
  • Ago
  • 2014

Gloria, ¿Dónde está?

  • 11
  • Ago
  • 2014

¡Gloria es honra!

Gloria es fama.

Gloria también se adquiere por las obras, hechos y talentos.

Nosotros, seres humanos, procuramos ser aprobados por las personas que admiramos, respetamos y también amamos. Creamos muchas expectativas acerca de lo que vamos a recibir a cambio de aquello que damos. E, inconscientemente buscamos la aceptación que viene del hombre, para nuestro egoísmo, o para elevar nuestra auto-estima. Sin percibirlo, procuramos recibir algo a cambio.

Observa que, todo famoso es agredido justamente cuando se refiere al orgullo propio. Y cuando es rechazado por su conducta o forma de ser. Tal situación los lleva a sentirse incomprendidos, abandonados e aislados del mundo.

No es diferente con nosotros. No somos famosos como las estrellas de Hollywood, pero, muchas veces, procuramos ser “famosos”, no por lo que somos, sino por la búsqueda incesante de la aprobación de las personas que están a nuestro alrededor. Especialmente en relación a aquellas que no dan importancia a lo que tú esperas.

Cuando esto ocurre, surge una “guerra”.

Pensamientos negativos vienen a ton y son; sentimientos de inferioridad, y que terminan generando malos ojos.

Y la consecuencia de esto es drástica.

Las reacciones no son apreciables.

Aquí está el motivo de que las personas sean inseguras.

Ellas buscan el reconocimiento, o recibir aquello que esperan. Ellas crean muchas expectativas de las personas de su alrededor, y lo reciben.

Y ¿qué generan con esto?

Celos, envidia, malos ojos, juzgan. Y haciendo esto, crean una distancia sin fin entre ellas y el individuo.

Todo por un sentimiento, generando otro sentimiento.

¿Y por qué actuar así?

¿¿Qué provecho saco de este proceder?

¡En realidad, ninguno! Pero parece que la venganza tiene que ser hecha de alguna manera. Si es por la forma de tratarlos, despreciando, juzgando o incluso haciendo malos comentarios.

¡¡¡Qué duro es ver esto!!!

Pero es lo que ocurre cuando la preocupación está relacionada con los demás y no con Dios.

Observa lo destructora que es. Consume los principios morales y los valores que un día tuviste o que estás intentando construir.

Ni la creencia en Dios, no la fe en el Nombre de Jesús, ni el título son recordados cuando el individuo está bajo el efecto del sentimiento, a no ser cuando… compara lo que siente con la Palabra de Dios.

Ahí… razona. Entonces expulsa lo que le está atacando, para que así predomine lo que cree.

Es interesante que esto sea tan común en el ser humano. Sólo lo consiguen discernir aquellos que conocen a Dios, y así vencer tales bombardeos del diablo. Se vence cuando la persona manifiesta la fe en la obediencia a la Palabra de Dios.

¿¿¿¿Qué escoges internauta: seguir tus impulsos destructores, o la fe que te lleva a la libertad interior????

Continuamos en el próximo blog.

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1 comentário

  1. Es verdad a veces buscamos la gloria del ser humano ser reconocidos por nuestros hechos al intentar ser mejores..pero no mejores para Dios sino para el ser humano nosotros debemos ser sumisas a la palabra de Dios para vencer este mal que nos acabara destruyendo

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