Experiencia: ¿Cómo salir del capullo?

Viviane Freitas

  • 15
  • Nov
  • 2014

Experiencia : ¿Cómo salir del capullo?

  • 15
  • Nov
  • 2014

Vivir como sobra es peor que no vivir…


Esa fue a la conclusión que llegué. Todo lo que sentía, lo que me hacía ver tan pequeña, pasó a causarme asco, entonces, comencé a odiar aquella situación.

Estaba dispuesta a comenzar de cero, aprender de nuevo, no cuidar de nadie más si fuese preciso, y cuidarme a mí misma. Me sentía presa dentro de mí misma, y cuando me di cuenta de esto, ¡¡¡ fue como una explosión!!!

Era como si el suelo hubiese salido de debajo de mis pies, sabes, durante muchos años me apoyé mucho en lo que hacía físicamente, estaba siempre en la iglesia, todo lo que me pedían lo hacía, no le traía problemas a mi marido, ni motivos de que me llamasen la atención, era muy organizada y vivía con disciplina… Pero al finalizar del día, el cansancio que sentía se transformaba en un peso, pues en el fondo, cuando reflexionaba sobre mis obras, percibía que solo había sumando, pero que no multiplicaba.

Daba mi vida por mis quehaceres, pero no por las personas, estaba dentro de la iglesia y sirviendo a Dios, pero no estaba ligada a Él, estaba demasiado ocupada, y siempre dejaba lo más importante para después: Oír a Dios, meditar en Su Palabra, para, a través de ella, descubrirme.

Entonces, estaba allí delante de mí la oportunidad, yo podía provocar el cambio de aquella situación, pero también tenía que estar dispuesta a pagar el precio.

Y fue así que todo comenzó a suceder, cuando me dispuse.

Decidí dejar mis responsabilidades por un mes, no tenía condiciones de dar, necesitaba recibir, escuchar, pensar…
Para que Dios hablase conmigo, tenía que desocuparme y oírlo.
¿Qué piensas que sentí en aquel momento?

Los pensamientos me bombardeaban. ¿Qué pensaría la gente de mí? Yo, esposa de un líder, ¿sin trabajar en las reuniones? ¿Sin andar de un lado al otro, ocupada con mis responsabilidades?!
¡¡Eso realmente!!!

¿De qué servía mantener una apariencia delante de los demás, y quedarme una vez más distante de Dios?

Había un grito dentro de mí, ya no soportaba más apenas hacer, quería ser, quería que Él hablase directamente conmigo, dejar de depender de que otros me alimentasen, quería ser osada en la fe, segura, intrépida, salir de aquella cajita solitaria y fría en la que siempre viví.

Recuerdo el clamor que hice, además, cuando tienes un objetivo con Dios, tu oración no es algo repetitivo, ni dependes de las palabras del pastor o del obispo en la reunión, tienes fuerzas para expresarte a Dios, desahogar todo aquello que te está sofocando

Comencé a perseguir aquello que quería construir con Dios, y mira, mi lectura de la Biblia se transformó en una meditación, leía atentamente, y me preguntaba qué era lo que Dios quería decirme, durante el día, aquello que había leído, quedaba en mi pensamiento, no caía en el olvido, no era fácil, porque cuanto más buscaba, más Él me revelaba cuán distante había estado hasta ese momento, era como si se encendiese una luz, y viese con claridad toda la suciedad que estaba dentro de mí, cuán fuera de lugar estaban las cosas. ¿Sabes, cuando hacemos una limpieza profunda en la casa, y nos sorprendemos con la cantidad de basura que estábamos acumulando?

Cuando me di cuenta de que estaba arrastrando mi fe, y que por eso, era solo una mujer sombra dentro de la Obra de Dios, invertir en ser para Él, fue mi primer paso. Ese fue mi inicio con Él…
Si quieres saber cómo continúa esta historia, y si te estás identificando conmigo, porque mi historia es parecida a la tuya, prepárate, muchas cosas van a suceder todavía.

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