¿Está haciendo lo que Dios le mandó hacer?

¿Está haciendo lo que Dios le mandó hacer?

¿Fue Él quién le orientó o está haciendo las cosas por su propia cuenta?

¿Hace algo para alcanzar aquello que Dios prometió, pero no con la orientación de Dios, y si por su propia cabeza?

Sé que Dios tiene Sus promesas, pero ¿usted hace las cosas a su manera para alcanzar Su promesa? ¿O espera que Él haga Su parte? ¿le pregunta a Él qué hacer? ¿Cuenta con Él?

Ah, es esto lo que tiene que observar. Estoy hablando sobre esto porque las personas dicen mucho que Dios existe, pero ellas lo tratan como si Él no estuviese viendo nada y no existiese. Ellas no cuentan con Dios.

Y aunque Dios haya hablado con ella alguna vez en la vida, se olvida de contar con Él nuevamente.

Vamos a continuar con lo que pasó con Rebeca que dio consejo a su hijo Jacob, para hacerse pasar por el hermano Esaú. Esto porque Isaac, marido de Rebeca, iba a bendecir al hijo primogénito que era Esaú. Sólo que Dios ya había hablado con Rebeca y sabía que Esaú no era la persona que tendría la bendición, sino Jacob.

Pero ¿sabe lo que ella hizo? Ella busca la manera.

Y él fue, los tomó y los trajo a su madre; y su madre hizo un buen guisado, como a su padre le gustaba.” Génesis 27:14

Es decir, ella le dijo a Jacob: “toma de aquí del corral, del rebaño, un cabrito porque voy ha hacer un guisado para su padre y se lo presenta a él”.

Entonces Rebeca tomó las mejores vestiduras de Esaú, su hijo mayor, que tenía ella en la casa, y vistió a Jacob, su hijo menor;

le puso las pieles de los cabritos sobre las manos y sobre la parte lampiña del cuello,

y puso el guisado y el pan que había hecho en manos de su hijo Jacob.” Génesis 27:15-17

¿No será esto lo que le está pasando?

¿Anda por el camino a su manera?

Por ejemplo, quiere tener un novio, y hace las cosas a su manera, hablando, o yendo a lugares, queriendo llamar la atención de alguna forma, para que alcance lo que tanto desea, e incluso es la promesa de Dios.

Pero la forma en cómo vive la fe, habla de su inseguridad.

Dios no hizo nada, no habló con Rebeca: “Rebeca, estás haciendo las cosas mal”. ¡No! Sino que Él dejó que Rebeca hiciese sus elecciones.

Ella tomó el cabrito, hizo un guisado, después ella también tomó los vestidos de gala de Esaú, se los dio a su hijo más pequeño para que se vista, se puso las pieles de cabrito, cubrió las manos de Jacob, porque él no era velludo, lo puso también en el cuello y le dio el guiso sabroso y el pan que había preparado.

Es decir, Jacob fue a buscar el cabrito al rebaño. No hizo ningún sacrificio. Fue así, que la madre, Rebeca actuó con su hijo más pequeño. Ella actúo, ciertamente de forma errada. No fue con la fe, fue con ansiedad.

Y le pregunto: ¿ha actuado de forma ansiosa con Dios? Quiere las cosas a su manera, no quiere confiar, no quiere preguntar, no quiere compartir con Dios. No quiere orar, insistir, pedir, clamar a Dios por una respuesta. Quiere hacer las cosas a su manera.

Ahí está el motivo por el que muchas personas no oyen nada de Dios, porque actúa de forma ansiosa.

Y ¿sabe que va a pasar? Dios va a permitir y usted va a recoger las consecuencias.

Y usted incluso piensa: “Pero, ¿por qué Dios permitió esto? ¿Por qué?”. Pero no mira a quien usted fue, para lo que hizo.

Es muy interesante esto, ¿no es verdad?

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