Ep.85 – Discernimiento
- 4
- Dic
- 2024
Muchas personas pasan como distraídas, normalmente, esto sucede con las mujeres, ¿no es verdad? Pero, ¿Cómo puede una mujer ser distraída para algunas cosas y atenta para otras?
Mira lo que Jesús dice a la multitud (y esto hace una gran diferencia, porque no era solo para los discípulos):
«Decía también a las multitudes: Cuando veis una nube que se levanta en el poniente, al instante decís: “Viene un aguacero”, y así sucede. Y cuando sopla el viento del sur, decís: “Va a hacer calor”, y así pasa. ¡Hipócritas! Sabéis examinar el aspecto de la tierra y del cielo; entonces, ¿por qué no examináis este tiempo presente? ¿Y por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo? Porque mientras vas con tu adversario para comparecer ante el magistrado, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te eche en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado aun el último centavo.» Lucas 12:54-59
¿Alguna vez has pensado en escuchar tales palabras del Señor Jesús? Él estaba aquí muy molesto, porque las personas saben discernir el tiempo, cuando va a llover o no, pero no pueden discernir y juzgar a sí mismas.
¿Eres tú esa persona que se juzga a sí misma? Porque hay gente que es abogada, no juez, que defiende su punto de vista y no hace uso de lo que es justo. El juez tiene que juzgar la causa de acuerdo con lo que es justo, y no con lo que siente, porque él mira los hechos.
Y, a veces, la persona no se da cuenta de que el tiempo pasa y no se ve a sí misma, pues su atención, su percepción está más en cosas pasajeras, ¡y eso es muy triste!
¿Por qué Jesús los llamó hipócritas? Los hipócritas son aquellos que saben discernir ciertas cosas, y no saben discernir o juzgar a sí mismos. ¡Dios mío! Cada uno de nosotros tiene que poner sus barbas en remojo, observar siempre quiénes hemos sido.
¿Cómo puedo discernir sobre mi vida? Puedo identificar el problema, tengo un razonamiento y tú también, una conciencia que señala lo que es correcto y lo que es incorrecto. Puedes identificar el error cuando lo buscas. Puedes reconocer, separarte de aquello que es injusto. Puedes comprender lo que es justo y entender lo que conviene. Puedes percibir y juzgar, ponderar. ¡Eso es verdad!
Si no sabes discernir a ti mismo, estarás en manos de las emociones. Y no vas a tomar posesión de lo que es tu derecho. Porque es tu derecho alcanzar el Reino de Dios, pero cada vez que no haces uso de la conciencia, de juzgarte a ti mismo de acuerdo con lo que es justo, estás siendo hipócrita. Muy fuerte esto, ¿no es verdad?
Tenemos que estar siempre atentos. He hablado con Dios, en mi día a día, sobre lo que percibo en mí, y tal vez incluso sobre lo que ni siquiera percibo, se lo digo a Él. «Mira Dios, si por acaso está sucediendo esto, esto y esto conmigo, muéstrame.»
No estoy queriendo tener la razón o ser aceptada de acuerdo con mi reino, sino que quiero estar de acuerdo con Su Reino, quiero hacer Su Voluntad.
Es interesante que Jesús habló sobre este asunto de discernimiento con la multitud, habló para todos, porque todos pueden discernir, todos pueden juzgarse a sí mismos.
Entonces, sé responsable con tu alma. No juegues con algo tan importante como es tu alma.
¿Has observado hoy cómo ella ha reaccionado? ¿Has juzgado durante esta semana, durante este mes, este año?
¿Te has observado o te has dejado llevar? Esto es algo que debes ponderar y valorar, porque mientras no veas, no te juzgarás y no harás las correcciones necesarias.