El verdadero en la Obra de Dios

Viviane Freitas

  • 24
  • Nov
  • 2014

El verdadero en la Obra de Dios

  • 24
  • Nov
  • 2014

Tal vez al abordar este tema, estás en la perspectiva de enfocar apenas a aquellos que sirven en la Obra de Dios en el Altar.


Pero yo quiero que comiences a fijarte principalmente en tu vida. Está claro, que quien está en el Altar tiene un compromiso, y no puede actuar como un asalariado, especialmente en la Iglesia Universal. En las demás (supuestas) iglesias, no existe esa preocupación, pero en la Iglesia Universal hay que cumplir la Palabra de Dios. Quien está en el Altar tiene que vivir una vida seria, tener temor y fidelidad con Dios. Fuera de esto, no estaría apta para servir.

Por causa de esto, muchos han procurado otras iglesia que acepten a quien adultera, quien mienta, etc. Y muchos, con pena, dicen: “Pobrecitos, fue una debilidad….” Y así muestran el pecado como una debilidad, cuando el Señor Jesús nos enseña a odiar lo que nos aparta de las cosas de Dios.

Si tú, amiga internauta, eres el tipo de persona que toleras el pecado, entonces necesitas buscar a Jesús, participar de la reunión de Apocalipsis. Aquí en la Sede Internacional d Europa, todos los Domingos a las 18hs es hecha una reunión especial – a la que yo asisto – y que me ha añadido en la fe, a través del temor y vigilancia constante. Nos permite estar atentas a nosotras misma todo el tiempo, porque oímos palabras muy serias de Dios hacia Su Iglesia.

“Yo soy el buen pastor, y conozco mis ovejas y las mías me conocen, de igual manera que el Padre me conoce y yo conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas.”(Juan.10:14,15)

Aquí Jesús habla de aquella oveja que ya conoce al Padre, que tuvo un encuentro con Él y fue sellada con el Espíritu Santo. ¡Estás son aquellas a las que Él llamará por su nombre! Se vaciaron de si mismas, dijeron si a Dios, lucharon en contra de sus deseos, su egoísmo… el pasado. ¡Se hicieron escogidas!

Si tú aún no has recibido el Espíritu Santo, la culpa no es de Dios, ¡sino tuya! Porque aún no te has entregado en tu oración.

Cuando trabajo en el salón de la Iglesia veo a muchas personas que oran con la mente y que no se entregan. En realidad, cuando nos vaciamos realmente, existe la necesidad de oír nuestras propias palabras, para que nuestra mente no se “descentre”, sino que se enfoque en aquello que queremos hablar con Dios y usar con sinceridad con Él. Transmitir aquello que queremos poner hacia fuera.

Cuando conocemos a Dios apreciamos esa sinceridad, el valor de quien somos para Él. Presentamos lo que queremos y lo que deseamos darla, allí, en la oración.

Si eres el tipo de persona que vas a la reunión y te quedas con la boca cerrada, queriendo el Espíritu Santo como si fuese “por arte de magia”, puedes estar “tranquila”, sentada e incluso con los ojos abiertos, ¡que no va a ocurrir!

El Espíritu Santo no es como “beber agua”… ¡debe haber una entrega por tu parte!

Jesús conoce y da la vida por las “ovejas”. ¿Qué ves en el transcurso del Señor Jesús? ¡Él siempre iba al Padre! No se agradaba a sí mismo. Era perfecto y honraba a Dios.

Y muchas veces lo que ocurre es: Que permites que tus deseos prevalezcan en tu vida. ¡Entonces no lo has dado prioridad!

Pero aquella que no hace su propia voluntad, sino que pone “reglas” en su vida y toma medidas en relación a su fe, está tendrá vida para dar, como el Señor Jesús, dando la vida por las otras personas.

“ Tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también me es necesario traerlas, y oirán mi voz, y serán un rebaño con un solo pastor. Por eso el Padre me ama, porque yo doy mi vida para tomarla de nuevo. Nadie me la quita, sino que yo la doy de mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo. Este mandamiento recibí de mi Padre.” (Juan 10:16-18)

Así como ocurrió con el Señor Jesús, también es todo aquel que es bautizado con el Espíritu Santo, que se hizo conocido a Dios y trabaja con la verdad, ¡este de igual manera da la vida por las “ovejas”! Y no deja que nadie quite su mano de lo que pretende alcanzar: Arrancar aquella alma de la mano del diablo.

Yo no sé cual es tu objetivo y como estás tu situación: Si estás en fase de liberación, aprende a obedecer. ¡Deja todo lo que te esclaviza! Te va a costar, pero vale la pena. Vas a ver la mano de Dios sólo por el hecho de creer y obedecer.

Somos nosotros quienes tenemos que acercarnos y tomar actitudes, como el arrepentimiento, perdón, no hacer nuestra propia voluntad, apartarse de lo que nos lleva a una vida lejos de Dios, como estar con amigos o personas que no te transmiten beneficios en la fe. Estarás perdiendo al hacer esas elecciones, cuando no son hechas con el objetivo de cuidar.

Usa la fe inteligente que además de hacerte feliz, te permitirá obtener respuestas en tu vida.

Un fuerte abrazo. ¡Deja aquí tu comentario!

Hasta el miércoles.

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2 comentários

  1. Es una honra servir a nuestro señor JESUCRISTO y acompañar su obra,mucho más es compartir su amor y ganar esa alma para el reino de DIOS.Una no es perfecta pero busca perfeccionar el amor hacia NUESTRO SEÑOR JESUS para alabarlo y agradar a cada instante,y por su misericordia nos pule para ser instrumento de su plan ,por ello tiene que ser incansable vigilar por una misma y por las almas que están sufriendo donde y cuando sea para rescatarlas.

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  2. LOS QUE AMAMOS A JESUS AMAMOS TODO LO SUYO POR ELLO ES IMPOSIBLE QUE ALGUIEN QUE LO AMA Y EL LE DIO EL ESPIRITÚ SANTO ACEPTE QUE LAS ALMAS ESTEN EXCLAVISADAS EN EL INFIERNO ,SEGURO LAS BUSCARA Y HARÁ LO QUE SEA NECESARIO PARA RESCATARLAS PARA DIOS Y QUE SEAN LIBRES

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