El Regalo Feo

¡¡¡Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz… te deseamos todos, cumpleaños feliz!!! ¡¡¡Eh!!!

Este día especial, es un día que dice quien soy para las personas y quienes son las personas para mí.

Los deseos nunca faltan, no cuesta nada desear: Pero…ofrendar algo significativo o valioso no siempre es hecho por el ofrendante.

Es feo exigir. Es feo cobrar. Es feo reclamar. Es feo decir qué regalo quieres. ¿Sabes por qué? Porque no fue de libre y espontánea voluntad.

El regalo habla mucho. Expresa la consideración, el cariño y la entrega del ofrendante y quién es el que recibe el regalo para la persona.

No siempre la expectativa de recibir regalos es aprobada, porque la mayoría de las veces la persona quiere comprarlo para cumplir la tarea delante de los demás, o porque quiere ser agradable.

Siendo agradable o apenas cumpliendo una tarea, no será bien escogido el regalo. Será algo feo de dar.

Tal vez tú amiga lectora, nunca aprendiste a considerar a quien lo merece, porque siempre disfrutaste de tu egoísmo, centralizando todo en ti misma. No eres capaz de quitar de ti lo que por derecho te pertenece.

Tal vez cobraste el recibir un regalo, pero no consideraste a aquella persona, porque solo miraste por ti, y no al ser.

El regalo no se da por dar, por cumplir o por agradar. Más bien, el valor del regalo está justamente en lo que soy capaz de ser, y hasta donde puedo probar lo que soy capaz de hacer por el prójimo.

Regalo me recuerda a ofrenda. Ofrenda me recuerda al autor por el que se constituyó este deber – Dios. Y Dios me hace recordar el 1º en ofrendar para cubrir la desnudez de Adán y Eva. El Señor Jesús fue la ofrenda viva de Dios al mundo.

Observa que la ofrenda o el regalo está ligado en lo que soy capaz de hacer y también de considerar.

Porque Dios amó al mundo y dio a su Hijo Amado para que todo aquel que cree sea salvo.

Quien ama, lo demuestra.
Quien ama, ofrece sin imposición.

	Pasado algún tiempo, Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda al Señor. Abel, a su vez, trajo las partes gordas de las primeras crías de su rebaño. El Señor aceptó con agrado a Abel y a suofrenda,
	pero no aceptó a Caín y a su ofrenda. Por eso Caín se enfureció y su rostro se transtornó.

 

Quien ama, alcanza el favor.

Quien ofrenda lo mejor, alcanza favor. Pero quien no ofrenda lo mejor es desmerecido.

Esta es la dura realidad. Pero no todos en la práctica lo hacen.
¿Por qué? Por su egoísmo.

Dar, requiere entrega. Dar lo que le pertenece por derecho para honrar a otro. Esto es dar y alcanzar favores.

¿Será que has ofrecido regalos feos a Dios y a tu prójimo?