¿Dónde está Dios?

El mundo cuestiona dónde está Dios, pero ¿sabe cuándo ellos preguntan esto? Cuando las cosas no salen a su manera. ¿no es verdad?

Así como usted es tentado a pensar que Dios no la ve, ¡otros también lo son!

Bueno, hoy voy a relatar algo que realmente sucedió. Y que no habla nada de Dios, sino que habla mucho de lo que el ser humano hace, muchas veces, en el ansia de resolver el problema.

 “Y Sarai, esposa de Abram no le daba hijos; y ella tenía una sierva egipcia, que se llamaba Agar. Dijo, pues, Sarai a Abram: Ya ves que el Señor me ha hecho estéril; te ruego que entres a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al dicho de Sarai.” Gn 16:1,2

Sarai  era una mujer que ya esperaba desde hacía años por la respuesta que no venía a su encuentro. Entonces, ella buscó una manera en la situación, ¡porque ya no aguantaba más! Provocada por las circunstancias, la ansiedad impone la voluntad del ahora.

Así como Sarai dijo: “Dios me ha impedido dar a luz”, muchas personas dicen en otras palabras: “¡Dios me ha impedido ser feliz!”

Esto es lo que las personas dicen. Pero, ¿qué hace Dios? ¿Interviene y se explica? ¡No! Él no explica nada. Él permite que usted tenga su libertad, de escoger lo que va a hacer con la dificultad.

Dios no dice nada, porque no quiere imponer Su voluntad. Él quiere que aprendamos, en medio de la dificultad a oír Su voz. Pero, ¿cómo?

¡Observando sus reacciones, sus consecuencias!

Para que así usted perciba lo cuán erradas son sus elecciones sin Él.

Pero, ¿tiene que mantenerse siendo así? ¡No! Si usted razona y evalúa lo que el Propio Dios dice.

Muchas veces, o mejor, siempre que viene la ansiedad, la tristeza, la frustración… ¿para quién miró? ¡A las circunstancias!

Pero si usted aprende a observar lo que Dios habla, estará considerando a Dios por encima del tiempo, de su manera, de su voluntad. Y esto es muy duro para que la humanidad se someta.

Sin embargo, es de ahí de donde viene la fe. Porque la fe es obediencia. ¡Es dejar su voluntad de lado para someterse a la de Dios!