Dios respeta sus elecciones

Dios respeta sus elecciones

Muchas personas dicen que Dios no hace nada, que Dios es indiferente a su dolor, pero lo que pasa es que no observan sus elecciones, sus decisiones.

¿Se acuerda de Rebeca?

Que al haber hablado con su hijo Jacob, que era el hijo menor, porque nació después de esaú (ellos eran gemelos, pero Esaú nació primero). Y Esaú, el primogénito, según la costumbre, era quién debería recibir la bendición del padre. Pero Rebeca ya había oído por parte de Dios que Jacob era quién recibiría esta bendición.

Pero cuando Rebeca oyó a su marido, Isaac hablar que quería bendecir a Esaú, y que le había pedido que preparase una caza, para así bendecirlo, ella simplemente se adelantó, sin que su marido lo supiese, y llamó a su hijo menor, Jacob, para que él tomase un cabrito del rebaño, y ella prepararía el guisado para Isaac en el lugar de Esaú.

Y después de que ella preparó el guisado, puso pelos en las manos de Jacob para que se hiciese pasar por Esaú, que era un hombre peludo, y Jacob no. Ella preparó todo para que Isaac bendijese a Jacob. Y así fue.

Jacob se presentó como Esaú, e Isaac lo bendijo pensando que era Esaú:

 “Y sucedió que tan pronto como Isaac había terminado de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de la presencia de su padre Isaac, su hermano Esaú llegó de su cacería. Y también él hizo un buen guisado y lo trajo a su padre, y dijo a su padre: Levántese mi padre, y coma de la caza de su hijo, para que tú me bendigas. Y su padre Isaac le dijo: ¿Quién eres? Y él respondió: Soy tu hijo, tu primogénito, Esaú. Y tembló Isaac con estremecimiento muy grande, y dijo: ¿Quién fue entonces el que trajo caza, antes de que tú vinieras, y me la trajo y yo comí de todo, y lo bendije? Sí, y bendito será. Al oír Esaú las palabras de su padre, clamó con un grande y amargo clamor, y dijo a su padre: ¡Bendíceme, bendíceme también a mí, padre mío!

Y él respondió: Tu hermano vino con engaño, y se ha llevado tu bendición. Y Esaú dijo: Con razón se llama Jacob, pues me ha suplantado estas dos veces. Me quitó mi primogenitura, y he aquí, ahora me ha quitado mi bendición. Y añadió: ¿No has reservado una bendición para mí?” Génesis 27:30-36

Bueno, el resultado de cuando engañas es que hieres a todos a tu alrededor. Asusta, decepciona y causa un mal entendido, algo que no es agradable.

Porque no es una actitud pura, leal, fiel, no es verdadera. Bueno, y los resultados son frustrantes. ¡Pero no es eso lo que las personas perciben!

Ellas actúan de forma errada, pero ven a Dios como el causador de sus problemas, cuando ella mismas tomaron actitudes erradas.

Ellas no reverencian a Dios, ni siquiera les importa Dios. Pero después, cuando tomas las decisiones erradas y actúan de forma inconveniente, quieren que Dios interfiera en sus decisiones. ¿Cómo? ¡Dios respeta lo que haces!

Si decides despreciar a Dios, Él no puede interferir en tu vida.

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