Día 91º | Ser el Testimonio

Día 91º | Ser el Testimonio

8 de Mayo | Lunes | Juan 18:21-24

“¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que han oído, qué les haya yo hablado; he aquí, ellos saben lo que yo he dicho.
Cuando Jesús hubo dicho esto, uno de los alguaciles, que estaba allí, le dio una bofetada, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote?
Jesús le respondió: Si he hablado mal, testifica en qué está el mal; y si bien, ¿por qué me golpeas?
Anás entonces le envió atado a Caifás, el sumo sacerdote.”

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Hola a todos los internautas. Es un placer de estar juntos aquí, meditando en la palabra de Dios.

Espero que hayas cumplido con tu parte, y ¿cuál es tu parte?

Meditar solo, antes de oír este audio.

Es muy importante que te esfuerces, porque la fe inteligente usa su propio raciocinio, así que no dependas del audio. Tienes que razón, sino vas a usar una fe emotiva y ni te acordaras de lo que se habló en el audio.

Juan 18:21-24

“¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que han oído, qué les haya yo hablado; he aquí, ellos saben lo que yo he dicho.
Cuando Jesús hubo dicho esto, uno de los alguaciles, que estaba allí, le dio una bofetada, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote?
Jesús le respondió: Si he hablado mal, testifica en qué está el mal; y si bien, ¿por qué me golpeas?
Anás entonces le envió atado a Caifás, el sumo sacerdote.”

Jesús, fue llevado al sumo sacerdote para que lo juzgue, sin embargo, una vez allí, el sacerdote interrogó a Jesús, y Jesús contestó a su pregunta haciéndole otra pregunta, porque a todo lo que el Señor Jesús estaba hablando, el sumo sacerdote no estaba prestando atención.
“Por lo tanto, el Señor Jesús pregunta: «¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que oyeron lo que enseñé». Jesús apeló para la inteligencia de aquel sumo sacerdote.

‘’… ellos saben lo que yo he dicho…’’

Jesús no tenía miedo de lo que hablaba, porque todo lo que Él hablaba venía del Padre.

‘’…Cuando Jesús hubo dicho esto, uno de los alguaciles, que estaba allí, le dio una bofetada, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote?’’

¡La verdad molesta! El raciocinio, molesta a aquellos que quieren vivir por los sentimientos, y es así que muchos reciben la verdad, dándoles ‘’bofetadas’’

Cuando el Señor Jesús apeló a la inteligencia, ellos no sabían cómo responder, porque aquello que el Señor estaba diciendo, era verdad… Él dijo que tenía el derecho de hablar aquello.
Pero el sumo sacerdote, por tener una posición, y aquel siervo, defendiendo su posición de ser considerado un ‘’buen siervo’’, actuó de forma incorrecta dándole una bofetada. Y es así: Cuántas son las personas que quieren aprovecharse de las personas que tienen una posición, no quieren pensar, no quieren actuar por la fe inteligente, sino que eligen seguir sus emociones.

‘’…Si he hablado mal, testifica en qué está el mal; y si bien, ¿por qué me golpeas?’’

Si Jesús hubiese actuado de una forma equivocada, entonces el testimonio sería malo, pero sí hizo el bien, el bien se entiende por lo que es justo, cuando hace razonar; el bien es lo que me hace pensar, no lo que yo siento, sino los hechos… Pero las personas que estaban presentes, no tenían nada que hablar del Señor Jesús, no tenían de qué condenarlo, pero, como ellos quieren todo a su manera…

‘’Anás entonces le envió atado a Caifás, el sumo sacerdote.’’

Defendiendo sus emociones, amarró al Señor Jesús; Lo amarró y Lo mandó a otro sumo sacerdote, para que lo juzgue.

Amiga internauta, es así que muchas personas hacen con la verdad; la verdad hace que pienses, la verdad enfrenta la emoción, la verdad libera, pero muchos no quieren oír la verdad, pero prefieren acogerse en sus sentimientos, en aquello que quieren, en su voluntad… Tal vez, tu estas participando aquí, y hay una ‘’pelea’’ en tu interior, entre lo que es racional y tus emociones, porque quieres hacer tu voluntad y cuando lo hacemos, nosotras eliminamos y desconsideramos a la verdad.

Mira a la fe inteligente, para que no tengas que avergonzarte o estar insegura por tus palabras y actitudes. Observa que el Señor Jesús no tenía miedo de ser interrogado, ni de lo que los otros iban a decir a Su respecto, porque nada lo condenaba.

Usa tu fe inteligente, un fuerte abrazo y hasta la próxima.

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