De Hijos para Padres: (In) Dependencia

Viviane Freitas

  • 30
  • Sep
  • 2014

De Hijos para Padres : (In) Dependencia

  • 30
  • Sep
  • 2014

Desde muy pequeña, a causa de las circunstancias, me volví independiente en casi todas las áreas de mi vida:

Cuidaba de mi casa, estudiaba y luego, cuando fue posible, conseguí un trabajo que me ayudaba a pagar mis propios gastos.

Y como era algo que no estaba acorde a mi edad, es decir, no me pertenecía; eso fue generando a lo largo de mi vida una «independencia» excesiva que me hacía capaz de tomar cualquier decisión relacionada a todo tipo de asunto. Y, esto me terminaba cansando ya que me hacía cargar pesos excesivos que me acompañaron a lo largo de la vida trayendo el peligro de desvirtuar los papeles dentro de la casa, con mis padres y más tarde en el matrimonio. Esta fue la dificultad que también tuve que ultrapasar.

A pesar de la independencia que generamos a lo largo de la vida, ser positiva para no depender de terceros también puede traernos muchos problemas cuando no es algo equilibrado porque nos vuelve demasiado autónomos, incluso de Dios.

Cuando me di cuenta que mi «independencia» ya no suplía mis necesidades sino al contrario, me rendí y percibí que ser dependiente de Dios me vuelve independiente en el espíritu.

Una de las cosas que más me llamó la atención en el libro de Nehemías, en el cual vamos a meditar, fue que su perfecta dependencia de Dios fue lo que lo hizo libre interiormente y lo capacitó para una obra extraordinaria.

«Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.» (Nehemías 1:4)

La independencia que aprendemos por la fuerza de las circunstancias nos sirve de experiencia. Las veces que necesitamos de terceros es pasajera pero la única dependencia que nos hace fuertes, persistentes y eternos es la que desarrollamos con Dios.

Por eso, hijos y padres debemos aprender a lanzar en Dios todos nuestros pesos que de alguna manera nos marcaron y acompañaron, y aprender a depender de Él en cualquier circunstancia pues nuestra fuerza es limitada. Si no fuera así, ya hubiéramos alcanzado todas las respuestas que necesitamos.

¿Saben de lo que me acordé? Cuando estaba cerca de mi papá y atenta para escuchar sus enseñanzas; fueron ellas las que me dieron algunos de los fundamentos del carácter que tengo hasta hoy. Era muy bueno.

Y, ¿cuándo me siento para oír las enseñanzas de Dios? ¿cuándo descanso en su Palabra? ¡Qué tranquilidad! ¡Qué paz! Solamente Él tiene la capacidad de aliviar el peso total de aquello que muchas veces nosotras nos permitimos cargar.

Su yugo es suave y su peso es ligero porque no están basados en sentimientos y emociones sino en la fe. Y, la fe no nos hace sufrir sino que genera confianza y perseverancia.

Un desafío: Vamos a lanzar todas nuestras cargas a los pies de Jesús y a depender solamente de Él.

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11 comentários

  1. Muy cierto
    Desde muy pequeña me volvi independiente por las situaciones que pasaba y aunque me preguntaba siempre ¿Por qué si soy tan pequeña tengo que pasar por todo esto? todas esas experiencias que pase en el momento yo no entendia solo sabia que eran situaciones que una persona mayor podría salir adelante y no asi yo por lo pequeña que era mas tenia que enfrentar y eso hizo de mi una persona independiente llegue a mis 18 años y ya no podía mas resistir con tantas situaciones las fuerzas que tuve para llegar independiente hasta entonces ya se estaba agotando y fue ahí que busque de Dios por que ya no podía mas ya no quedaba mas fuerzas no podía sola y fue asi que me coloque bajo la dependencia de Dios y fue el quien saco toda la carga que llevaba El es quien me muestra el camino cierto guardando mi salvación.

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  2. Copie aquí su comentario del Blog: la independencia no es sinonimo de omnipotencia!!! muchas pensamos que somos independientes pero hay que encontrrar un equilibrio, mi independencia depende primero de Dios ya que el ests en el control de todo , cuando pensamos que podemos todo es ahy donde fallamos porque dejamos de pdepender de Aquel que nos llamo. es muy interesante este item. puedo ser todo pero sin Dios no soy nada.

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  3. La independencia puede ser económica, pero sin Dios, nada podemos hacer, ni ser, cuando dependemos de El, nos colma de paz y certeza de que con El todo podemos.

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  4. muy bueno la verdad que si la fe genera confianza y prseverancia en todos los sentidos

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  5. Que fuerte y tan cierto!! Yo tambien cai en esa «independencia» donde forzada por las situaciónes comencé a sentirme muy autónoma, como que ya no necesitaba de nadie mas que de mi (excluyendo al propio Dios incluso de mi vida y decisiones) no hace falta decir que todo eso no me trajo buenas consecuencias, hoy por hoy he aprendido bastante, y se que si no dependo totalmente de Dios nada puedo, pues sólo con Él hallamos descanso a todos nuestros problemas.

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  6. Si, es cierto mi dependencia debe estar enfocada en Dios, y esta palabra me hizo reflexionar mucho sobre mi vida, en quien yo he confiado.
    Muchas gracias por esa por esa dirección, Dios la bendiga grandemente.

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