De Hijos a Padres: La declaración de consentimiento

Viviane Freitas

  • 4
  • Nov
  • 2014

De Hijos a Padres : La declaración de consentimiento

  • 4
  • Nov
  • 2014

La declaración de consentimiento es el documento por el cual una persona se declara responsable por determinada tarea, persona o bien.

La vida no siempre es «negro o blanco» o un «mar de rosas». Habrá momentos difíciles en los que nos tendremos que adaptar a una nueva realidad, a un imprevisto o a situaciones que huyen de nuestro control. Es en estos momentos, es que nos damos cuenta de quiénes somos, en aquello que creemos y hasta dónde podemos llegar.

Al hacer un seguimiento a una madre y su hija, me llamó la atención un hecho que debe ser considerado: ¿Hasta que punto somos perceptibles realmente a la realidad de nuestra familia? Cuando una hija, que está a las puertas de la madurez, y tiene fuerza, vida y salud además de tener posibilidades de ayudar a su madre; no asume una postura y por otro lado es protegida demasiado, es fácil percibir cuáles serán sus elecciones en el futuro. ¿No es cierto?

¿Se acuerda a que edad su papá empezó a trabajar en el campo? ¿Sabe cuántos años tenía su mamá cuando fue a «servir»? ¿A cuántos hermanos cuidó? Hoy, no hay más necesidad de esto como lo había antiguamente, pero la realidad es que algunos padres han resguardado a sus hijos dentro de sus casas, prácticamente, hasta la edad adulta. Sostienen que ellos tienen que estudiar, tener aquello que ellos nunca tuvieron…Pues sí, sin duda. Sin embargo, si usted aprendió a luchar por la vida y valorar lo que tiene debido al esfuerzo de su trabajo y sudor; ¿por qué motivo sería diferente con ellos, aún en una época distinta?

¿Se habló con propiedad? ¡Sin duda!
Mi papá nunca sugirió que yo trabajase para ayudar en mis propios gastos sino por el contrario, él siempre pagó todo. Pero, al ver su esfuerzo descomunal, percibí que podría ser útil a mi misma. Fue a partir de ese momento que tuve mi primer empleo y más tarde un trabajo part – time simultáneamente con mis estudios. Nunca repetí un año lectivo o descuidé mi comunión con Dios. Además, pude valorizar las primicias porque me convertí en diezmista de mi propio esfuerzo.

Vivimos en días en los que los hijos no quieren abandonar el hogar, pero también momentos en los que sus padres no les permiten hacer su vida.

Madre y padre, todo lo que aprendemos en la teoría no se compara con las experiencias que vivimos. Por eso, no excluya a su hijo de las vicisitudes, del trabajo, de los desafíos sino orientelos a ultrapasar cada situación con la cabeza bien alta, adaptándose en función a la ocasión en cuestión. Y, aún con inmadurez, crea que:

«Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados»
. (Romanos 8:28)

La declaración de consentimiento también consiste en dar buen ejemplo a los que nos observan y esperan, de nuestra parte, una respuesta coherente a los problemas.

Y no alcanza con solo contarles cómo era en el pasado. Debe permitir que ellos encaren sus propios desafíos. Muchos padres, en la ansiedad de no permitir que sus hijos pasen por las cosas que ellos vivieron y las dificultades que enfrentaron, también los inhiben de vivir sus propias experiencias y de actuar su propia fe.

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