Cuáles son las características de quien pertenece a Dios

Quiero avisar a todos los internautas que acompañan el blog, que daremos continuidad a lo que estábamos leyendo anteriormente en el capítulo 10 de Libro de Juan.

Si acompañas los artículos sabes que hicimos una parada para leer Éxodo, incluso para ayudar a quien participó de la fiesta de los Tabernáculos a entender el motivo de esta Fiesta. Por eso meditamos en el libro de Éxodo, pero quiero retomar lo que estábamos hablando sobre Juan, porque es más fácil de entender.

Tú que estás en la Iglesia desde hace mucho o poco tiempo, y tienes dificultades de leer la Biblia, te sugiero que acompañes siempre conmigo la lectura aquí en el Blog y entenderás como sacar un buen provecho de la Palabra de Dios.

Es muy importante leer la Biblia porque es el pensamiento de Dios. Sus palabras reflejan sus características. Si no consigues entender la Palabra de Dios, no tendrás una base en tu vida. Por eso es importante aprender a leer la Biblia.

“Pero el que entra por la puerta, es el pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, y las ovejas oyen su voz; llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera. Cuando saca todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. Pero a un desconocido no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.” (Juan 10:2-5)

Jesús es la puerta. Él abre esa puerta para las ovejas llamando por su propio nombre. Pero ¿quiénes son estás? ¿Quiénes son las que pertenecen a Dios?

Puedes hacer la cadena de liberación y estar desde hace muchos años en la Iglesia, pero hay algo que trae una referencia de que tú perteneces a Dios: ¡Cuando lo oyes! Y oír no es simplemente escuchar. ¡No! Oír es obedecer, someterse, aprender. Estar sensible para fijarte en ti misma y obedecer la instrucción que te está siendo dada.

Si eres una persona que estás en fase de liberación y quieres ser libre. ¡obedece! ¿Quieres seguir a Jesús y continuar en la fe? ¡Obedece! Si eres “cabezota”, terca, que insistes en tus errores, que no quieres someterte, que no quieres obedecer, oír… que crees que lo sabes todo, no puedes entrar por esa puerta. No tendrás paz.

Y antes de esto, Jesús los conduce “hacia fuera”. ¿Qué significa? ¡Qué vamos a encarar los desafíos! Pero cuando oímos la voz de Dios, los desafíos no nos hacen sentirnos abandonadas. ¡Por lo contrario! “Cuando saca todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen…”. Entre la oveja y el pastor de la oveja, que es Jesús, Él va delante. Primero ella pasa por la puerta, Él la conduce hacia fuera, después va delante de ella y ella Lo sigue. En medio de los desafíos, de los problemas, de las bendiciones, en el mismo instante Lo sigues y no a tu propio interés. Porque Él te llevó hacia fuera a enfrentar los desafíos, te sacó de aquella “caja”, de aquel lugar donde estabas habituada y donde no progresabas o desarrollabas, ahora, entando en desafío, continuas siguiéndolo. ¡Estás desarrollando!

Cuando salimos de nuestro “mundito” que es nuestra rutina, el día a día, entramos en novedad, en algo desconocido, pero aún así las ovejas Lo siguen. Muchas personas hasta alcanzas las bendiciones, por la obediencia, por haber oído la voz de Dios. Obedecieron en aquel instante, pero después de la conquista, ¿qué ocurre? Comienzan a seguir a Jesús a su manera. En relación a estas, no puedo decir que pertenecen a Dios.

La “oveja” que Le pertenece oye Su voz y lo sigue. ¡Y el hecho de seguirlo significa que yo no sigo mi propio camino! No sólo mis ideas, mi voluntad, sino que me someto a Su voz.

Si tú Lo oíste hace mucho tiempo, pero ahora quieres hacer tu voluntad, entonces no muestras que seas de Dios. Si estás en fase de liberación, tienes que liberarte de aquello que te esclaviza. Y si ya has salido de esta fase y estás en el proceso de conversión, pero no has tenido un encuentro con Dios, quiere decir que todavía estás ligada a tus deseos. No conoces la voluntad de Dios, sólo conoces la tuya. No sales de la monotonía porque tu voluntad es lo que prevalece… quieres continuar con las mismas amistades, comportarte de la misma forma. Entonces no hubo conversión.

Si ya has cambiado, dejado las amistades y sólo tratas con personas de la misma fe, que te añaden, hubo conversión. Pero ¿y ahora? ¿Ya has tenido un encuentro con Dios? ¿Sabes cual es la voluntad de Dios o sólo vives en tu mundo? La primera evidencia de que tuvimos un encuentro con Dios es el deseo de hablar de Jesús… transmitir la alegría de conocer a Dios de hecho y de verdad.

Y cuando recibes el Espíritu Santo tienes fuerza para desarrollar y ultrapasar tus fragilidades y tus errores. En la fase de liberación, conversión o encuentro con Dios, llegabas a un límite. Pero con el Espíritu Santo recibes poder para ultrapasar todo lo que te ha fragilizado y estancado en la fe.

Aquel que pertenece a Dios oye Su voz, Lo sigue y reconoce Su voluntad. Huye de todo lo que lo aparta de Dios.

¿Cuál ha sido tu caso? La prueba no son tus palabras, porque siempre dices lo bueno de tu parte, pero por los hechos, por tu historial y por lo que has vivido hoy, y de aquí en adelante.

¿Cómo has reaccionado? ¿Cómo has sido? ¡¿Eres aquellas personas que oye Su voz, Lo sigues y reconoces?! ¿O estás con tus oídos obstruidos para Él?

Un gran abrazo y hasta el miércoles.