Ayuno – Día 2

Nacer de Nuevo

Antes de recibir el bautismo con el Espíritu Santo, ¡primero tienes que nacer de nuevo!

Ayer, destacábamos algunos puntos acerca de la persona que es convertida, las características que muestran claramente la necesidad del próximo paso: ¡El Nuevo Nacimiento!

Y esta etapa, es totalmente diferente de la del bautismo con el Espíritu Santo.

Pero, vamos desde el principio…

Primero, para que la persona nazca de nuevo, debe ser convertida, como explicamos anteriormente. La persona que está en esta etapa, pero desea entrar en el proceso del Nuevo Nacimiento, no acepta apenas cambiar de rumbo: Haber dejado amistades; abandonar los lugares que frecuentaba o todo lo que perjudicaba su fe. Su actitud es diferente en pro de lo que quiere, que es conocer a Dios, de hecho y de verdad.

Por eso, empieza a vigilar tus actitudes: Constantemente, vigila como actúas, cuales son tus pensamientos y deseos; lo que sientes, cómo vas a la Iglesia, etc.

Empieza a estar alerta, de acuerdo con el objetivo que tienes en mente.

Porque, hasta entonces, como convertido, sabes que tienes muchas debilidades y que, sino conoces al Señor Jesús personalmente, apenas estarás informado acerca de Él. Ya que es esto lo que ha sucedido; Apenas has recibido informaciones acerca de la Fe.

A partir del momento que tienes un objetivo firme, debes estar en alerta, porque reconoces que todavía tienes que recorrer un largo camino.

Esfuérzate en “ser” para Dios. Este es el proceso: La persona convertida que quiere un compromiso serio con Dios, desea “ser” para Él. No apenas evangeliza, participa del Grupo Joven o solo tiene en deseo de ser obrero(a) para alcanzar una posición en la Iglesia y ser bien visto. Sino que desea entregarse 100% para Dios, ¡y lucha por eso!

¡Entonces llegará el momento en que el propio Dios saciará tu sed!

Y cuando experimentas este Encuentro con Dios, consigues ver con claridad tus pecados.

Ya no te asemejas a los discípulos, cuya comparación hicimos ayer, que se escondieron.

En este momento, ¡conseguimos ver! Y ¿sabes por qué es importante ver? Porque es una garantía de aquello que oímos. Como el médico: Estudia muchos años, pero necesita ver su acción, en la práctica, de forma que ejerza debidamente su profesión.

No es diferente para la persona que nace de nuevo: ¡Ella ve a Dios! Es una Luz, que ilumina con claridad todo lo que está delante. Puede percibir todo lo que está mal, y analizar claramente, todo lo que es pecado. ¡Está apta para reconocer que necesita de Salvación!

Anteriormente, tenías noción de que el pecado no era correcto, pero ahora percibes totalmente el peligro del pecado.

Cuando la persona nace de Dios, percibe la dimensión real de su estado.

“En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, produce mucho fruto.” (Juan.12:24)

Si el convertido, no “muere” para si mismo, se queda solo en las luchas. Permanece aislado y por eso, dependerá siempre de alguien para auxiliarlo y ayudarlo, porque no tiene fuerzas propias.

Por otro lado, si “muere”, dejando su naturaleza pecaminosa y deshaciéndose de aquello que empezó a odiar, comienza a producir mucho fruto.

¡Y esto es un deseo únicamente personal! No se trata de una religión, del pastor o de la esposa del pastor, que lo desean profundamente. Sino de ti, de nadie más, aparte de ti, y de tu despojo interior.

“ El que ama su vida la pierde; y el que aborrece su vida en este mundo, la conservará para vida eterna.”(Juan .12:25)

Aquí, vemos claramente, que la persona convertida aún está en el proceso de amar su vida. Y, por eso, ¡no consigue “perder”; niega su fe, y permanecer sola! Ahí está la raíz de que en el momento de las luchas, no tiene la certeza de que Dios está con ella.

¿Lo has notado en una persona egoísta? ¡Se queda sola! Nadie quiere quedarse cerca.

Y la persona convertida, que se queda en este proceso y no evoluciona al Nuevo Nacimiento, es exactamente así: Se queda sola, porque solo ve la “poca vida” de ella; porque no está dispuesta a “renunciar” a su voluntad…

¡Piensa que evolucionando, hace un “favor” muy grande a Dios! No consigue ver su necesidad.

“…pero aquel que odia su vida en este mundo…”

Aquel que odia lo que hace mal; que odia sus debilidades; carácter; gustos; deseos; el involucrarse con placeres y con deseos personales. No desea más esto, ni sentirse más de esta forma.

Cuando odia, ya nació dentro de ella un temor; porque no quiere perder lo que ha recibido de Dios. Prefiere perder la “vida” que retroceder.

El Nuevo Nacimiento viene cuando la persona odia; cuando ella no quiere vivir más bajo el yugo de sus deseos. ¡Quiere ser libre, y conseguir servir libremente!

Tú, que estás participando en estos 21 días, debes evaluar tu vida. Se trata de la Verdad, y jamás la iludiremos. ¡Estamos hablando sobre Quién es Jesús y lo especial que Él es! Vas a saber Quien es el Espíritu Santo.

Y esperad, todas vosotras, porque en estos 21 días, tú que no eres bautizada, que apenas eres convertida, tienes que nacer de Nuevo, para que entonces, recibas el bautismo con el Espíritu Santo. ¡Estamos aquí, animándote!

Un gran abrazo. ¡Hasta mañana!