20º Día | ¿Qué genera el Espíritu de Dios en una persona?

20º Día | ¿Qué genera el Espíritu de Dios en una persona?

20ºDía | 13 de Febrero | Martes
Tema: ¿Qué genera el Espíritu de Dios en una persona?
1 Samuel 17:17–51

«Y dijo Isaí a su hijo David: Lleva ahora a tus hermanos un efa de grano tostado y estos diez panes, y corre al campamento a donde están tus hermanos.
Lleva también estos diez quesos al comandante de los mil, y mira a ver cómo están tus hermanos y trae noticias de ellos.
Pues Saúl y ellos y todos los hombres de Israel están en el valle de Ela, peleando contra los filisteos.
Y se levantó David muy de mañana, dejó el rebaño con un guarda, y tomando las provisiones, se fue como Isaí le había mandado. Llegó al perímetro del campamento cuando el ejército salía en orden de batalla, lanzando el grito de guerra.
E Israel y los filisteos se pusieron en orden de batalla, ejército contra ejército.
Entonces David dejó su carga al cuidado del que guardaba el bagaje y corrió a la línea de combate y entró a saludar a sus hermanos.
Mientras hablaba con ellos, he aquí, el campeón, el filisteo de Gat llamado Goliat, subió de entre las filas de los filisteos y habló las mismas palabras, y David las oyó.
Cuando todos los hombres de Israel vieron al hombre, huyeron de él, y tenían gran temor. 
Y los hombres de Israel decían: ¿Habéis visto a ese hombre que sube? Ciertamente sube para desafiar a Israel. El rey colmará con grandes riquezas al que lo mate, le dará su hija y hará libre en Israel a la casa de su padre.
Entonces David habló a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán por el hombre que mate a este filisteo y quite el oprobio de Israel? ¿Quién es este filisteo incircunciso para desafiar a los escuadrones del Dios viviente?
Y el pueblo le respondió según aquella palabra, diciendo: Así se hará al hombre que lo mate.
Y Eliab, su hermano mayor, oyó cuando él hablaba con los hombres; y se encendió la ira de Eliab contra David, y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿Con quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la maldad de tu corazón, que has descendido para ver la batalla.
Pero David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No fue sólo una pregunta?
Entonces se apartó de su lado hacia otro y preguntó lo mismo; y el pueblo respondió lo mismo que antes.
Cuando se supieron las palabras que David había hablado, se lodijeron a Saúl, y él lo hizo venir.
Y dijo David a Saúl: No se desaliente el corazón de nadie a causa de él; tu siervo irá y peleará con este filisteo.
Entonces Saúl dijo a David: Tú no puedes ir contra este filisteo a pelear con él, porque tú eres un muchacho y él ha sido un guerrero desde su juventud.
Pero David respondió a Saúl: Tu siervo apacentaba las ovejas de su padre, y cuando un león o un oso venía y se llevaba un cordero del rebaño,
yo salía tras él, lo atacaba, y lo rescataba de su boca; y cuando se levantaba contra mí, lo tomaba por la quijada, lo hería y lo mataba.
Tu siervo ha matado tanto al león como al oso; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha desafiado a los escuadrones del Dios viviente.
Y David añadió: El SEÑOR, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, me librará de la mano de este filisteo. Y Saúl dijo a David: Ve, y que el SEÑOR sea contigo.
Saúl vistió a David con sus ropas militares, le puso un yelmo de bronce en la cabeza y lo cubrió con una armadura.
David se ciñó la espada sobre sus ropas militares y trató de caminar, pues no se las había probado antes. Entonces David dijo a Saúl: No puedo caminar con esto, pues no tengo experiencia con ellas. David se las quitó,
y tomando su cayado en la mano, escogió del arroyo cinco piedras lisas y las puso en el saco de pastor que traía, en el zurrón, y con la honda en la mano se acercó al filisteo.
El filisteo vino, y se fue acercando a David, con su escudero delante de él.
Cuando el filisteo miró y vio a David, lo tuvo en poco porque era un muchacho, rubio y bien parecido.
Y el filisteo dijo a David: ¿Acaso soy un perro, que vienes contra mí con palos? Y el filisteo maldijo a David por sus dioses.
También dijo el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo.
Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del SEÑOR de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado.
El SEÑOR te entregará hoy en mis manos, y yo te derribaré y te cortaré la cabeza. Y daré hoy los cadáveres del ejército de los filisteos a las aves del cielo y a las fieras de la tierra, para que toda la tierra sepa que hay Dios en Israel,
y para que sepa toda esta asamblea que el SEÑOR no libra ni con espada ni con lanza; porque la batalla es del SEÑOR y El os entregará en nuestras manos.
Sucedió que cuando el filisteo se levantó y se fue acercando para enfrentarse a David, éste corrió rápidamente hacia el frente de batalla para enfrentarse al filisteo.
David metió la mano en su saco, sacó de él una piedra, la lanzó con la honda, e hirió al filisteo en la frente. La piedra se hundió en su frente y Goliat cayó a tierra sobre su rostro.
Así venció David al filisteo con una honda y una piedra, e hirió al filisteo y lo mató; mas no había espada en la mano de David.
Entonces David corrió y se puso sobre el filisteo, tomó su espada, la sacó de la vaina y lo mató, cortándole la cabeza con ella. Cuando los filisteos vieron que su campeón estaba muerto, huyeron.»

1Samuel 17:17-51

Serie: 21 días Ayuno

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1 comentário

  1. Es mi tercer ayuno y se me dificultó mucho en los últimos días por mis tribulaciones y llegue y fue maravilloso hacer lo

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