Ansiedad, las causas y consecuencias

Bárbara Filipe

  • 3
  • Sep
  • 2015

Ansiedad, las causas y consecuencias

  • 3
  • Sep
  • 2015

“La esperanza que se demora enferma el corazón, pero el deseo cumplido es árbol de vida.”    (Pv. 13:12)

¿Cómo podemos definir la ansiedad?

Existen muchos conceptos que podrían responder a esta cuestión, sin embargo un abordaje simple en una perspectiva cognitiva nos muestra que la ansiedad tiene origen en los pensamientos y en la forma de cómo los procesamos y permitimos que se desarrollen, generando miedo y preocupación.

Es un proceso físico que manteniendo el equilibrio es saludable, una vez que nos hace estar alerta y preparados para reacciones ante situaciones contradictorias o de peligro. El problema aparece cuando los niveles de ansiedad entran en desequilibrio y se revelan síntomas de riesgo.

Algunos de los síntomas más frecuentes desencadenados por la ansiedad son:

  • Fobias diversas;
  • Miedo de hablar en público;
  • Ataques de pánico;
  • Preocupación con todo lo que la rodea;
  • Miedo constante de no ser capaz de desempeñar sus tareas diarias;
  • Dificultad en dormir;
  • Tonturas;
  • Tensión muscular;
  • Dolores en el pecho y palpitaciones.

Todos estos síntomas, y muchos más, asociados a la ansiedad descontrolada, afectan a la calidad de vida y limitan el día a día de las personas que no consiguen controlar los efectos de esta reacción fisiológica, comportamental, emocional y psicológica de nuestro organismo.

Entonces si la ansiedad empieza por pensamientos, por lo que vemos y sentimos, volviendo a un estado de alerta saludable y prudente en un desequilibrio con efectos devastadores, ¡quiere decir que somos NOSOTROS, mucho más que cualquier medicamento quienes tenemos que asumir el control de la situación!

“Pero… ¡Hablar es fácil!” Podréis pensar, pero voy a mostraros algunas DECISIONES y ACTITUDES diarias que colaboran de una forma eficaz en el combate a la ansiedad:

  1. Toma las “riendas” de tus pensamientos, todo aquello que te causa miedo, angustia y excesiva preocupación, ELIMINALO;
  2. Ocupa tu mente con tus objetivos, con las metas a las que pretendes llegar y cómo hacer para alcanzarlas;
  3. Identifica el origen de tus mayores miedos y ANULA lo que los alimenta;
  4. Haz ejercicio, corre, camina, nada y diviértete en deportes colectivos;
  5. Analiza tus limitaciones físicas y si es necesario, pide ayuda para desempeñar algunas tareas;
  6. Duerme bien, puedes aprovechar los consejos del artículo anterior para mejorar tu calidad de sueño;
  7. Aliméntate mejor, aumenta el consumo de alimentos con omega 3, vitamina C y magnesio, evitando los alimentos con muchas calorías y en especial los fritos.

De esta forma conseguirás equilibrar los niveles de preocupación, stress y ansiedad que puedas estar enfrentando y disfruta de una vida más tranquila y productiva.

¡Reflexiona, evalúate y toma la mejor decisión para tu bien estar!

Hasta pronto.

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